Mañana se cumple el primer aniversario de la partida de Oscar Urueña, el líder que vive en todos los que tuvimos la oportunidad de compartir algunos momentos de su existencia, a veces creemos que se encuentra por ahí, haciendo política, un ser arrollador con un carisma que marcó una generación.
La carrera incesante por las ocupaciones, obligaciones laborales, compromisos y mil temas pendientes, nos ciega frente “al olvidado asombro de estar vivos” como la reflexión de Mario Mendoza sobre la importancia de “tener el día de hoy”; ese valor impresionante que nos enseñó Oscar a pesar de su enfermedad, en momentos en que muchos de sus amigos buscaban alegrar sus días y era él quien terminaba alegrando los días de ellos.
Urueña fue un referente de poder, de no llegar a viejos para ser o estar en espacios políticos, así como lo hizo en el Partido Verde que hoy siente su ausencia, en la Usco donde siempre fue una fuerza, en el Concejo y la Asamblea; donde fue protagonista con sus victorias y desaciertos en escenarios donde no tenia jefe político regional, un rol que lo llevó a tener dificultades que nunca apagaron su liderazgo. Un joven que organizó un equipo para ganar, no para hacerse contar.
Su paso por la vida de cada persona marcó la forma de ser recordado. En uno de los viajes que solíamos hacer al sur, me retrataba su anhelo por ser Gobernador, de quienes serían sus secretarios de despacho, sus aspiraciones por seguir el ejemplo de su amigo el ex gobernador de Boyacá Carlos Amaya, un “tipazo” como le decía. A pesar de nuestra turbulenta relación, nunca dejó de soñar con vernos a todos juntos en un gran proyecto que integrara los sueños de todos.
Siempre estarás en la memoria, en ese lugar reservado para quienes nos hacen crecer, en recordar lo frágiles que somos ante la pérdida y el deseo profundo por saber que donde quiera que transciendan las almas nos veremos, porque quien se va solo se nos adelanta. Una conmemoración dedicada especialmente a su esposa Diana, familia y amigos, vivirás en el eterno recuerdo.