Hay ejemplos en el contexto internacional y nacional que son un referente importante para consolidar en una primera fase una cultura del emprendimiento y posteriormente un consolidar una cultura de la innovación. El caso de la Ruta N como dinamizador de la innovación en la ciudad Medellín deja lecciones interesantes para pensar en una política de gobierno. Ruta N es una corporación que fue creada para jalonar los temas de ciencia, tecnología e innovación y tuvo su origen en la formulación de tres preguntas básicas: ¿Qué necesita Medellín para consolidar un Ecosistema de la innovación? ¿Cuál es la vocación competitiva de la ciudad? ¿Qué ha pasado con los países que han dado un salto cualitativo en innovación? Al tratar de dar respuesta a estos interrogantes, la conclusión fue que Medellín necesitaba una Economía del conocimiento la cual debía estar sustentada en tres pilares: • Apuesta decidida de la ciudad alrededor de la educación (40% del presupuesto municipal), • Cultura E. Disposición de toda la sombrilla del programa de emprendimiento que se logró consolidar. • Trabajar el tema de la innovación, no como una moda sino como una estrategia para mejorar la competitividad de la ciudad. Ruta N fue creada en 2005 por EPM, UNE y la Alcaldía de Medellín, con el propósito de promover y desarrollar negocios exitosos asociados al conocimiento en el mercado mundial a través de la ciencia, la tecnología y la innovación y que a la vez contribuyeran a aumentar en nivel de competitividad de la región. Los ejes sobre los cuales se trabajó fueron: • Dinamizar el sistema de innovación mediante la gestión del conocimiento y la información, gestión de cultura y gestión de redes lo que permitió consolidar plataformas de innovación. • Gestión para la creación de nuevos negocios de conocimiento desarrollando capacidades empresariales para la innovación y la investigación, facilitando en acceso a capital y a nuevos mercados. El proceso logra éxito cuando se articulan las universidades, el sector productivo y el Estado. Así se consiguió focalizar las acciones hacia seis clústeres prioritarios: moda, construcción, turismo de negocios, energía, salud y TIC´s. De este ejemplo se concluye que la innovación no es cuestión de genios, pero es el resultado de un proceso consistente y riguroso, que el plan tanto del emprendimiento como de la innovación requieren de una hoja de ruta y de un plan de acción que hay que trabajarlo tanto desde la oferta como de la demanda y todo con alianzas para no duplicar esfuerzos. Mientras para el MIT “el mundo es un pueblo, para nosotros aún el pueblo es el mundo”. La innovación requiere pensar en grande, actuar en pequeño y rápidamente.