La Nación
Un recuerdo luctuoso 1 25 abril, 2024
COLUMNISTAS OPINIÓN

Un recuerdo luctuoso

 

Jorge Fernando Perdomo

 

El pasado fin de semana, nos recordó el Diario LA NACIÓN, la trágica muerte de dos jugadores del Atlético Huila, cuando después de una noche desordenada para celebrar una victoria deportiva, fallecieron de la manera más espantosa posible, producto de esa combinación fatal de alcohol con gasolina.

El impacto que me produjo ese insuceso fue tan profundo que lo recuerdo como si fuera ayer.

Era la noche del sábado 19 de septiembre de 2009, en el estadio Plazas Alcid, que todavía albergaba decorosamente a nuestro Atlético Huila, antes que lo perdiéramos en la corrupción, en un lleno como al que ya nos habíamos habituado, con un equipo que se había acostumbrado a las victorias y el protagonismo, vencíamos al Deportivo Pereira con marcador de 2 a 1, con goles de Lewis Ochoa y Jhon Córdoba.

Dos noches antes sucedió una experiencia personal que me dejó la eterna duda sobre los sucesos paranormales. En el amanecer del viernes me desperté sobresaltado por un sueño. Me encontraba en una montaña divisando al fondo un rio, con mi amigo, el prestigioso galeno Rafael Pino, de tez morena, quien me invitaba a conocerle un carro recién comprado, color negro, y una vez adentro el vehículo perdió el control, rodando cuesta abajo hasta terminar en llamas. La impresión del sueño me levantó teniendo oportunidad de contar inmediatamente todos los detalles a mi esposa.

En las directivas del Atlético, habíamos tomado la decisión de vigilar la actividad nocturna de los jugadores en Neiva, optando ellos por sus escapadas al municipio de Rivera, donde se observa abajo el rio Magdalena, regresando “Cordobita” en ese amanecer del domingo, en un carro negro recién adquirido, y terminando estrellados contra un camión que transitaba en dirección contraria, incendiándose y terminando con sus vidas por incineración.

Su muerte, junto con la del huilense Beltrán, nos significó como dirigencia gestionar una medida inédita en el futbol profesional colombiano, para que se nos permitiera reabrir inscripciones y fichar como refuerzo a Carlos Rentería, quien a la postre terminaría siendo nuestro goleador y conduciéndonos, junto con otros extraordinarios jugadores como  Estacio, Chalo Martínez, Champeta Velásquez, Nicolas Ayr, Nelson Barahona, Amilcar Enríquez, Lewis Ochoa, entre otros,  al segundo subcampeonato en la historia de nuestro Atlético Huila.

La reflexión que siempre transmito como mensaje aleccionador a las jóvenes figuras del fútbol, es que sin disciplina no hay futuro y que la velocidad y el licor son una combinación mortal.