Piero Emmanuel Silva Arce
Colombia es uno de los países más desiguales del mundo con un índice Gini de 0.5438 en el año 2020 y sus tasas de desempleo e ingresos salariales son problemas graves que los últimos gobiernos no han querido afrontar de manera decidida. El año pasado, del total de la población empleada, el “50% tuvo un ingreso inferior a un Salario Mínimo Legal Vigente (Smlv), un 35% entre 1 y 2 Smlv, y un 7% entre 2 y 3 Smlv” (Garay y Espitia, 2021). A los bajos ingresos y altas tasas de desempleo, se le suma un sistema tributario diseñado para favorecer a los grandes capitales convertidos en personas jurídicas (PJ) para gozar de todo tipo de exenciones y gabelas, mientras que todo el sistema se sostiene en los hombros de los asalariados.
El sistema tributario trasgrede los principios constitucionales de equidad, progresividad y eficiencia; las políticas han llevado a que las personas naturales (PN) aumenten su responsabilidad tributaria mientras que las PJ han ido ganando beneficios tributarios bajo la tesis de que así se genera más empleo y se dinamiza la economía. La realidad evidencia lo contrario. De acuerdo con los economistas Luis Jorge Garay y Jorge Enrique Espitia, el Estado colombiano ha renunciado a recaudar altas sumas de dinero, debido a su laxitud con las PJ de grandes capitales que, generalmente, obtienen millonarios excedentes. “Las rentas exentas declaradas en 2019 fueron de $12.7 billones, que liquidadas a la tarifa nominal habría equivalido a una renuncia fiscal de $4.2 billones” (Garay y Espitia, 2021). Por su parte, los que más tributan en el grupo de las PN son los asalariados, quienes triplican a los rentistas de capital y a otras personas diferentes a estos grupos.
De acuerdo con los economistas, si se aplicara una sobretasa temporal del 1% a PN con ingresos brutos no laborales superiores a 50 millones de pesos mensuales, durante la pandemia se podrían recaudar 2 billones de pesos al año. Además, en el año 2020, 443 empresas de las más grandes tuvieron ganancias superiores a un 10%; en este caso, fácilmente se le podría poner una sobretasa temporal del 10% sobre esas ganancias extras y con eso se recaudaría $1 billón adicional al año sin afectar un ápice su solidez financiera. Si se aplicara esta misma sobretasa al sector financiero (los bancos que desangran a los ciudadanos) se podría recoger otro billón al año. Además, se recomienda el control fiscal para que los superricos no evadan impuestos. Recomiendo leer a Garay y Espitia para comprender el modelo económico en Colombia y para analizar posibles avances en este sentido.
Investigador del grupo Estudios Políticos.