La Nación
Una celebración en medio del encierro 1 28 marzo, 2024
HUILA

Una celebración en medio del encierro

Hoy 3 de mayo la Escuela Normal Superior de Pitalito llega a sus 70 años de vida institucional; no hubo cómo celebrarlos, pero sí, cómo recordarlos. Compartimos con nuestros lectores esta crónica del escritor Gerardo Meneses acerca de ella.

 

Una celebración en medio del encierro 7 28 marzo, 2024
Gerardo Meneses Claros es escritor de literatura infantil.

Gerardo Meneses Claros

Escritor

 

La Maestra Fabiola Peña es la que mejor cuenta la historia; hace unos años se dio a la tarea de reconstruir, a partir de sus propios recuerdos, la vida de una de las escuelas más representativas del sur del Huila. Lo escribió en un libro que llamó Breve historia de La Escuela Normal. Y en ella van pasando, como en un libro antiguo, una a una, las páginas que a lo largo de sus años La Normal ha escrito.

La Normal nació como transformación de lo que fuera el antiguo Colegio San Antonio; un caserón hermoso, de dos pisos, de bahareque, teja de barro, zaguanes y patios, como era la  costumbre de la época construir las casas, y de  las cuales aún quedan algunas en Pitalito. Ese colegio le dio origen el 3 de mayo de 1950 a lo que el Ministerio de Educación fundó como Escuela Normal Superior. Era otra época. Don Wenceslao Huergo como rector, don Isaías Rojas Velásquez, don Pablo Esteban Portilla, don Edilberto Quintero o don Teófilo Carvajal, entre otros, hacían parte de la selectísima nómina de Maestros. Así, con mayúscula. Hombres y mujeres de una extraordinaria sabiduría, que enseñaban con el ejemplo, que sabían de música, literatura, física, arte, historia y cultura universal. Pitalito era otro; el país era otro.

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En 1952, el Maestro Isaías Rojas Velásquez y su grupo de estudiantes.

La vida de la Normal en el centro del pueblo, en los terrenos que hoy ocupa la nueva Alcaldía de Pitalito, llegó a su fin en 1967 cuando un terremoto destruyó el viejo caserón, casi por completo. Reunida la sociedad laboyana, reconstruyendo su pueblo, decidieron, con el apoyo del gobierno nacional, construir una edificación nueva, ya no en el centro, ahora la sede sería rural y escogieron los terrenos de Cálamo para ese fin. Mayo de 1970 le abre las puertas a La Escuela Normal Superior; aún está ahí. Imponente, digna, en una extensión de varias hectáreas que la hace ver todavía casi rural.

Y la historia en la nueva sede de Cálamo se asocia con un Pitalito campesino, frío, pequeñito, con un aire entre intelectual y artístico donde La Normal se convirtió en el epicentro del desarrollo de la ciudad. Siguió formando maestros líderes, comprometidos pero también muchos de sus estudiantes eligieron las otras disciplinas y le fueron dando a Pitalito un nombre en la historia regional y nacional. La Normal Superior, desde sus aulas, comenzó a transformar la historia cultural, social y política de Pitalito; un municipio que crecía a pasos agigantados y que fue mutando de pueblo a ciudad. Que pasó de tener cinco barrios a urbanizaciones, conjuntos cerrados y condominios campestres; que de veinte mil habitantes pasó a ciento ochenta mil. O que de tres almacenes donde se conseguía de todo, hoy tiene centros comerciales, almacenes de cadena y grandes superficies. Pero La Normal siguió ahí, como testigo de esa transformación, aportando al desarrollo de la ciudad desde la educación.

Y hubo un momento, en 1997, en que el Gobierno Nacional decidió suprimir decenas de Escuelas Normales en el país; transformarlas, para ser más exactos, agregando los grados 12 y 13 a su formación. La Normal se le midió al reto. Tres años después, mientras muchas de ellas desparecían, la de Pitalito fue ratificada y acreditada como Escuela Normal Superior, formadora de maestros desde el Programa de Formación Complementaria.

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Acta original de fundación de la Escuela Normal Superior de Pitalito.

Hoy serían miles de anécdotas las que se podrían recoger para contar esta crónica. Cuántos maestros, empleados y estudiantes han pasado por esta casa. La historia vieja cuenta que uno de sus maestros, don Teófilo Carvajal Polanía, fue alcalde de Pitalito. La historia reciente, cuenta que cuatro de sus estudiantes han ocupado también ese cargo, incluido el actual  mandatario de los laboyanos.

Historias de un bus que recorría las calles del Pitalito viejo recogiendo a los niños de la Anexa y a los maestros de La Normal; un bus que ahora es una biblioteca infantil. Recuerdos de estudiantes que desde la educación, el periodismo, el arte y la política han engrandecido el nombre, no solo de Pitalito, sino del Huila y de Colombia. Cientos de historias de maestros que a lo largo de estos setenta años han visto crecer generaciones y generaciones de laboyanos desde las aulas de La Normal.

Es tres de mayo del 2020;  un día como hoy, hace setenta años, fue fundada una de las Escuelas Normales que hoy está considerada como una de las mejores de su género en el país. No hubo actos conmemorativos, reencuentro, conferencias, fiesta o jolgorio para su celebración. Estamos viviendo un momento inédito en la vida de todos; pero desde el fondo de nuestro corazón, el abrazo y la gratitud a La Escuela Normal Superior de Pitalito; ¡Setenta años son toda una vida!

 

DESTACADO

“La vida de la Normal en el centro del pueblo, en los terrenos que hoy ocupa la nueva Alcaldía de Pitalito, llegó a su fin en 1967 cuando un terremoto destruyó el viejo caserón”