Como nunca antes, la inseguridad que golpea a varias regiones del país, entre ellas el Huila, estaba dentro de las mayores preocupaciones de la ciudadanía. Y no es para menos. Los titulares de los medios de comunicación están relacionados todos los días con asesinatos, atracos y otros hechos delictivos. Las redes sociales, por su parte, están invadidas casi que en tiempo real de videos sobre casos de sicariato y robos. A ello se suman los permanentes ataques armados de los que ha venido siendo ‘blanco’ la Fuerza Pública.
En pocos días, por ejemplo, el departamento del Huila pasó de dos casos de sicariato en menos de 24 horas en Neiva a un atentado terrorista con granada en el municipio de Villavieja y una masacre en pleno casco urbano de Pitalito, sin contar con los atracos y extorsiones que suceden permanentemente.
Naturalmente, esta serie de hechos llenan de pánico a los ciudadanos y generan todo un clima de intranquilidad en la región. Por eso, es necesario que el gobernador Luis Enrique Dussán y los Alcaldes huilenses, así como las autoridades y la institucionalidad del departamento lideren una cruzada en pro de la seguridad. La acción de nuestros gobernantes no se puede reducir solamente a la realización de consejos de seguridad. En este aspecto, necesitamos verdaderos líderes dispuestos a encontrar soluciones para superar estos difíciles momentos.
El departamento no puede seguir a merced de la delincuencia. La Policía y el Ejército vienen haciendo su mayor esfuerzo, pero la seguridad no es un asunto que les compete solamente a estos organismos. Es necesario, verbigracia, el concurso decidido de fiscales y jueces para contrarrestar el accionar de los delincuentes. Desde el sector empresarial, es urgente que se fortalezcan las redes de apoyo para combatir los hechos de inseguridad.
La delincuencia sólo podrá ser derrotada con el compromiso de toda la sociedad huilense.