Entre rancheras y baladas de cantantes mexicanos disfruté una cena con mucho sabor azteca en la capital huilense. La Taquiza del restaurante Ayy Weyy está, literalmente, como para chuparse los dedos.
Uno tras otro hasta completar diez. Así, lentamente, fui acabando la hilera de tacos que tenía en frente, únicamente para mí.
Una deliciosa e interesante mezcla de sabores en un solo plato: la Taquiza del restaurante Ayy Weyy que viene satisfaciendo el gusto de sus comensales. Y no es para menos pues en un solo pedido se puede disfrutar de la variedad de rellenos que reposan provocativamente sobre esas pequeñas tortillas de maíz que coquetean con los sentidos y aguardan para ser devoradas
a mordiscos. Todas.
El ambiente, la música, la decoración del lugar y, obviamente, el olor que sale de la cocina, dejan claro que ahí se prepara una exquisita comida mexicana.
¡A TAQUEAR SE DIJO!
Como preámbulo a la Taquiza que estaba presto a comer pedí un agua de horchata (bebida tradicional a base de arroz) para disfrutar con todas las de la ley esa deliciosa cena mexicana en Ayy Weyy.
No pasó mucho tiempo cuando vi salir de la cocina a la mesera con una gran bandeja de madera en forma de chile. Descargó sobre la mesa la estructura de aproximadamente un metro de longitud para dejarme ver esa maravilla gastronómica: diez tacos perfectamente acomodados, alineados, con diferentes rellenos, todos igualmente de apetitosos.
Antes de que la chica terminara de pronunciar el acostumbrado “buen provecho” ya tenía a medio camino, desde la mesa a mi boca, el primer taco. No quise saltarme el orden así que empecé por el primero, de izquierda a derecha, un tradicional taco al pastor.
Uno a uno fui consumiendo la Taquiza, haciendo modestas pausas para tomar un sorbo de mi agua de horchata o fijarme en los videos musicales de Juan Gabriel y Luis Miguel que en ese momento aparecían en la pantalla del televisor y que fueron el pretexto perfecto para hacerle espacio al siguiente bocado.
DOS DE CADA “ESPECIE”
Como en el Arca de Noé, en donde se subieron dos animales de cada especie, así mismo sucede con el gran chile de madera sobre el que se sirve la Taquiza. De pareja en pareja forman una suculenta hilera de cinco clases de tacos: al pastor, de pechuga de pollo, cochinita pibil, camarón y barbacoa.
Esta vez el diluvio no fue de lluvia sino de todas las salsas (unas picantes y otras no) y gotas de limón que con exageración puse en cada pieza antes de llevarlas a mi boca antojada. ¡Me enchilé!
La Taquiza enamora paladares con su variedad de sabores, por eso resultó muy fácil dejarme tentar por la deliciosa carne de res adobada y perfectamente cocida con diferentes procesos para crear los tacos al pastor y de barbacoa. También caí rendido ante la pechuga marinada con especias del taco de pollo y el cerdo de cocción lenta y larga del cochinita pibil.
Sin embargo, lo que terminó de atraparme fue ese taco que, al principio, debido a mis ideas preconcebidas de la gastronomía ‘manita’ pensé que desentonaba con el resto: el taco de camarones. Fue suficiente darle el primer mordisco para entender porqué estaba alineado junto a los otros; los jugosos camarones, gratinados y bañados con una salsa blanca no solo resultaron ser una exquisitez sino un elemento sorpresa que le dio un contraste súper interesante al plato.
A todas las bondades de la Taquiza se le suma la calidad de las tortillas hechas desde cero en el restaurante; totalmente frescas y suficientemente resistentes al relleno y las salsas.
Dónde comer Taquiza
La Taquiza es uno de los platos más representativos de la carta del restaurante Ayy Weyy en sus dos sedes (San Pedro Plaza y Avenida 26 # 40-41 en el barrio Las Granjas).
Tiene un costo de $65.000 y pueden comer hasta dos personas. Viene acompañado de guacamole y pico de gallo, ambos sin picante, y de salsa de tomatillo, jalapeños en vinagre y cebolla caramelizada, estos tres muy picantes, ideales para paladares valientes.