Sergio Felipe Salamanca Borrero
Durante los últimos dos años, los productos derivados de la caña de azúcar, y en especial la panela, han sido protagonistas de acalorados debates en torno al registro de patentes sobre los mismos. Al respecto, vale la pena recordar la zozobra que generó en el gremio panelero, la noticia de que se pretendía “patentar la panela” por parte de un empresario colombiano. Noticia que no era del todo cierta, pues tal como lo expuse en su momento, la solicitud radicada ante la Superintendencia de Industria y Comercio, estaba encaminada a patentar un procedimiento que mejoraba la preservación de los policosanoles.
Dicho lo anterior, estimo muy oportuno destacar la reciente radicación del proyecto de ley 440-21, por medio del cual se busca precisamente exaltar “los conocimientos y prácticas asociados a la producción tradicional de la panela, mieles vírgenes y los productos que se extraigan de ellos, como patrimonio cultural, inmaterial”. Tal como lo indica el título del proyecto, este se encuentra orientado hacia el reconocimiento y promoción de los saberes y prácticas paneleras por medio de estrategias como: I. La creación de programas educativos para la tecnificación y la conservación agrícola de la panela y mieles vírgenes, los cuales serían impartidos por el SENA, II. Se fomentaría la identificación de las características nutricionales de la panela, con el fin de ser incluida en la respectiva etiqueta, III. La creación de un museo itinerante sobre la historia, costumbres y producción de la panela, y IV. La creación de una página web sobre la panela, entre otras.
Lo llamativo de este proyecto, es que no se queda solo en la exaltación de la panela y las mieles vírgenes, sino que además, incluye aspectos relacionados con la propiedad intelectual de estos productos, que tal como lo hemos visto, es una fuente de debates en el gremio y en la industria nacional. Al respecto, el proyecto propone un reconocimiento expreso de los procesos paneleros, como procesos de carácter ancestral, colectivo y de interés público, lo que en mi concepto, mejoraría las condiciones de protección al gremio, y de paso, zanjaría todas las posibles disputas que puedan surgir por la titularidad y solicitud de patentes respecto de productos y procesos propios de la producción tradicional de panela.