Una juventud empoderada

Eduardo Gutiérrez Arias

Viendo el despliegue movilizador y organizativo de la juventud colombiana en torno a la campaña electoral de Gustavo Petro, presidente y Francia Márquez, vicepresidente, hoy bajo las banderas del Frente Amplio Democrático, que rebasó los marcos del Pacto Histórico con el que la izquierda unida y sectores del centro políticos, fueron a la pasada elección parlamentaria del 19 de marzo y conquistaron una importante fracción de las dos cámaras de 21 senadores y 35 representantes, para un total de 56 parlamentarios, el optimismo y la esperanza renacen en un país que ha estado siempre buscando los cambios que permitan vivir en una sociedad sin tanta miseria y pobreza, con mayor equidad social, con una economía más dinámica y pujante, un Estado garante de los derechos y libertades ciudadanas y un ambiente político de paz y respeto entre los diferentes partidos y movimientos que pugnan por el poder. A finales de los años 60 del siglo pasado cuando los viejos de hoy éramos unos adolescentes, gestamos uno de los más portentosos movimientos de cambio en la historia con grandes repercusiones para América Latina. Surge el movimiento feminista, el hipismo, los nadaista en Colombia, la Unidad Popular avanza hacia el poder en chile, una música de origen africano, el rocanrol, gana espacio en los medios radiales y televisivos, se masifican las manifestaciones contra la guerra de Vietnam que contribuyeron al triunfo de este pueblo contra la primera potencia del mundo. En Paris, México, Nueva York y Praga, grandes manifestaciones piden la libertad y el respeto a los derechos humanos.

Hoy veo en la juventud colombiana ese mismo afán de cambio de la juventud de los años 60. La Universidad del Rosario realizó un estudio de opinión para medir las inclinaciones ideológicas de la juventud colombiana. El resultado de la muestra es que el 54% de los jóvenes son proclives al centro político, el 28% a la izquierda y el 18% a la derecha. Esto se refleja en el liderazgo que las nuevas generaciones han tomado en el Pacto Histórico y el Frente Amplio Democrático, movimientos cuyo fondo programático e ideológico es similar al de la socialdemocracia europea, como bien lo explicó en un artículo reciente la profesora de la Universidad Nacional, columnista del Tiempo y psicóloga francesa nacionalizada en Colombia, Florence Thomas. Esta fuerza política nada tiene de extremista ni polarizante. Solo quiere un país con reformas progresistas en el campo agrario para consolidar la esquiva paz en el país, suprimir la pobreza extrema y avanzar en la conquista de la equidad social, el equilibrio ecológico, la educación y la salud para todos. Eso no es mucho pedir para que su líder termine siendo amenazado de muerte.

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