La Nación
Una mirada hacia la familia   ¡Cómo extraño los abrazos…! 1 20 abril, 2024
COLUMNISTAS OPINIÓN

Una mirada hacia la familia   ¡Cómo extraño los abrazos…!

 Consuelo Serrato de Plazas

 

En palabras del novelista brasileño Paulo Coelho: «Cada vez que abrazamos a alguien con gusto, ganamos un día de vida».

La afectividad es una de las necesidades vitales del ser humano, esencial para su desarrollo emocional. Generalmente  se halla asociada con acciones representadas en gestos de cariño y estimación que con frecuencia suelen dejar huella emocional entre las personas. Según el crítico literario Clive Staples Lewis: «El afecto es el responsable de las nueve décimas partes de la felicidad sólida y duradera que hay en nuestras vidas».

Una de las cualidades más notorias que nos distingue como colombianos es la calidez y espontaneidad que demostramos en nuestra forma de interacción con los demás, lo cual se halla estrechamente ligado a la pedagogía afectiva que recibimos en nuestro entorno al comienzo de la vida, circunstancia que determinará no solo las conductas afectivas futuras sino también el estilo de relacionamiento.

Los besos y los abrazos y el mismo apretón de manos son emotivos vínculos afectivos y expresiones táctiles que sirven de enlace en los diferentes contextos para transmitir sentimientos y estrechar lazos de unión en nuestro quehacer cotidiano. Desde el marco de la salud emocional la psicóloga española Ciara Molina recomienda el consumo de las vitaminas A, B, y C, esto es, «abrazos, besos y caricias. Estos tres elementos ayudan a la regulación del estado de ánimo». Seguidamente deja ver que los abrazos cuando se dan de corazón a corazón «nos ayudan a transmitir protección, seguridad, fortaleza y siempre fomentan una comunicación mucho más sana».

Desde lo personal considero que una de las manifestaciones de afecto más bellas y reconfortantes que podemos transmitir es a través del abrazo y ello hace que de manera recurrente  demuestre mi cariño a través de este mágico y edificante ritual porque sin duda su poder es verdaderamente milagroso.

Infortunadamente la alarma ante la crisis por la pandemia de Covid -19 ha hecho que cambien sustancialmente nuestras formas de relacionamiento y proliferen medidas tendientes a desestimular no solo el saludo de manos sino también posponer los besos y abrazos como estrategia dirigida a prevenir el contagio del brote epidémico. Ojala no tarde mucho la vacuna para que todos podamos volver a abrazar.

Con nostalgia de abrazo los dejo con un fragmento del poema «Condena» de Antonio Gala: «Que ningún juez declare mi inocencia, porque, en este proceso a largo plazo buscaré solamente la sentencia a cadena perpetua de tu abrazo».