La Nación
Una mirada hacia la familia                        Hogar, dulce hogar 1 19 abril, 2024
COLUMNISTAS OPINIÓN

Una mirada hacia la familia                        Hogar, dulce hogar

Consuelo Serrato de Plazas

En palabras del poeta y dramaturgo alemán Wolfang Van Goethe: «El hombre feliz es aquel que siendo rey o campesino, encuentra paz en su hogar».

En esta oportunidad quisiera orientar mi reflexión hacia la vida hogareña escenario natural para la convivencia familiar y factor de bienestar de cualquier relación interpersonal. El hogar nos transporta a un contexto de comprensión, seguridad, apego y felicidad. No le faltaba razón a la novelista británica Jane Austen cuando expresaba: «No hay nada como el hogar y la familia para estar realmente cómodo».

En efecto la sana convivencia familiar es factor esencial en la vida de cualquier persona. Infortunadamente una de las mayores problemáticas que aqueja tan íntimo escenario se halla relacionada con el sinnúmero de situaciones adversas que a diario la amenazan y debilitan. Es común verificar cómo la hostilidad bordea muchos hogares hecho que sin duda favorece el surgimiento de situaciones que quebrantan el sosiego familiar.

Definitivamente compartir un ambiente de armonía al interior del seno familiar no tiene precio. Alcanzar la placidez hogareña se constituye en un verdadero privilegio que conduce a lograr equilibrio y estabilidad como factor de contención emocional. Estudios sobre el funcionamiento familiar ponen de manifiesto que la cohesión familiar se constituye en predictor de felicidad para sus integrantes. Precisan que las personas que viven un clima de armonía en su hogar experimentan mayores niveles de felicidad, bienestar y calidad de vida.

¿Eres de los que después de una larga jornada laboral anhelas llegar a casa y experimentar esa maravillosa sensación de plenitud que no la encuentras en ninguna otra parte? ¿Has notado acaso que cuando en el hogar se respira una atmósfera apacible y sosegada  se percibe una energía especial?

En  lo personal considero que  vivimos en una sociedad donde impera el estrés,  los conflictos y dificultades y por ello nada más grato que contar con un refugio rodeado de comprensión, respeto y solidaridad. Con ello no estoy queriendo significar que los hogares deban permanecer libres de dificultades o en concordia permanente. Bien es sabido que el conflicto hace parte de la dinámica familiar dadas las realidades propias de la convivencia. Sin embargo cuando se logran adquirir habilidades y destrezas para manejarlas adecuadamente se constituye en oportunidad propicia para crecer en familia.

Si queremos restablecer el equilibrio en la vida resulta imperativo hacer mayores esfuerzos para trabajar de manera consistente aportando lo mejor de nosotros mismos a fin que nuestros hogares se constituyan en un oasis de paz y tranquilidad pues tal y como lo expresara el novelista Albert Camus: «La paz es la única batalla que vale la pena librar».