La Nación
Una mirada hacia la familia Víctimas del divorcio 1 28 marzo, 2024
COLUMNISTAS OPINIÓN

Una mirada hacia la familia Víctimas del divorcio

Consuelo Serrato de Plazas
Frente al desajuste emocional que sufren los hijos con el divorcio de los padres ¿consideras que tal afectación obedece a circunstancias propias de la ruptura o a la forma en que estos gestionan sus diferencias durante dicho proceso? Tomar decisiones no siempre resulta tarea fácil y más aún cuando son verdaderamente importantes y trascendentes. Cada decisión buena o mala trae consigo consecuencias para quien las toma e incluso para las personas que lo rodean.
Los divorcios resultan cada vez más comunes. Infortunadamente la dinámica de pareja cada día se torna más difícil y ello hace que surjan dificultades en la capacidad para gestionar conflictos. Entre los más habituales se destacan: problemas en la comunicación. Convivencia. Infidelidad. Financieros. Justamente una de las decisiones más difíciles de enfrentar en el ámbito de la relación se halla relacionada con la ruptura matrimonial en especial cuando están de por medio los hijos y más complejo aun cuando son pequeños. De acuerdo con datos oficiales de la Superintendencia de Notariado y Registro entre enero y junio de 2018 se divorciaron 10.666 parejas.
Inevitablemente toda separación genera dolor en sus integrantes y en especial agobia a los hijos. Ello hace que se presenten importantes dosis de conflicto dado el impacto que provoca en cada uno de sus miembros. No obstante algunas optan por realizarlo de manera acertada salvaguardando a su descendencia de las dificultades conyugales y otras por el contrario los colocan en el centro del debate perjudicando su bienestar y de paso  desconociendo sus derechos.
Investigaciones recientes demuestran que todo divorcio tiene consecuencias sobre los hijos y se hallan estrechamente asociadas con dificultades en la adaptación. A pesar que la reacción de los niños en relación al divorcio de sus padres es muy diversa los efectos más comunes se están relacionados con síntomas depresivos, agresividad, desobediencia, menoscabo en la autoestima y bajo rendimiento académico.
Sin embargo la separación no siempre va precedida de efectos adversos. De hecho, cuando la situación se aborda de manera coherente en un clima de confianza, respeto y comunicación asertiva entre los padres los hijos asumen este proceso con valentía y logran entender que aunque no estarán juntos siempre sus padres trabajarán de manera coordinada en pro de su bienestar.

Solo me resta instar a las parejas que atraviesan por tal situación para que de manera sosegada reflexionen acerca de si la separación es la única opción viable. De ser así no olviden que ambos padres continúan involucrados en la suerte de su prole y por tanto es necesario conservar una relación civilizada que favorezca en todos los ámbitos la vida de su hijo pues de lo contrario las consecuencias presentes y futuras podrían ser demoledoras.