Una de las claves de desarrollo regional, en muchas zonas del país, es la simbiosis que vincula a las universidades y a las empresas bajo los mismos objetivos de desarrollo productivo. Una de las claves de desarrollo regional, en muchas zonas del país, es la simbiosis que vincula a las universidades y a las empresas bajo los mismos objetivos de desarrollo productivo. Muchos logros pueden demostrar estas asociaciones entre la academia y el sector empresarial; entre ellos podríamos describir la oportunidad que tienen los educandos de encontrar de primera mano sitios de desempeño directos para prácticas, importante complemento en el aprendizaje que muchas veces se limita a lo teórico. Asimismo, la oportunidad que tiene la universidad de contar con recursos financieros adicionales para actividades de investigación; la empresa privada requiere implementar procesos en busca de innovación y podrían encontrar en los centros universitarios una infraestructura ideal para este tipo de metas. En este último punto es claro definir que la investigación es un indicador clave en la evaluación del nivel académico en una institución universitaria; esta investigación no puede ser un simple formalismo sino un programa estructurado y transversal en todas las áreas. En algunos casos se crean institutos de investigación, anexos a los claustros, con una gran autonomía de desempeño y pilares fundamentales en los procesos que desembocan algunas veces en el concierto nacional en patentes, tan anheladas por los investigadores. Hay que partir de analizar la capacidad regional y sus limitaciones, de poder cruzar objetivos comunes en procura de unir a la universidad y a la empresa (no necesariamente privada sino también la pública), y de esta manera articular esfuerzos para ejecutar proyectos que afiancen el desarrollo productivo. En el departamento del Huila estamos en mora de motivar esa unión de esfuerzos. Las universidades deben crear centros de investigación de alto nivel, a cargo de académicos que tienen maestrías y doctorados, estimular internamente los grupos de investigación y ofrecer sus servicios al sector empresarial. De igual manera, los empresarios deben abrirlas ventanas para que se nutran mutuamente con la academia y realizar alianzas fructíferas en pro del desarrollo común. Esperamos que pronto se llegue aun plan de este estilo donde estas alianzas sean permanentes y se fortalezca la capacidad regional, y nos podamos convertir en cuna de buenos investigadores.