Jorge Fernando Perdomo
Mucho tiempo hacía, que no estaba tan agitada la confrontación internacional, amenazando un desenlace bélico entre Estados Unidos como protagonista principal y China antagonista.
Trump intenta ocultar su catastrófica gestión de la pandemia, atribuyendo exclusivamente a China las consecuencias del coronavirus y repetidamente la acusa por su incapacidad para actuar antes y alertar al mundo sobre la propagación del virus, que hasta ahora en EE.UU ha matado a más de 100 mil personas y generado la pérdida de 38 millones de empleos.
USA abandona el tratado de cielos abiertos, no ratifica el tratado de prohibición de ensayos nucleares, anuncia instalar misiles de mediano alcance en Europa, impulsa una carrera armamentista, que sumó 1,917 billones de dólares en 2019, equivalente al 2.2% del PIB mundial que, en el mejor de los casos será nula, a menos que termine en la destrucción de la humanidad.
Trump se siente burlado por China, pues su cacareado acuerdo comercial con el gigante asiático tiene un rendimiento inferior al pretendido, lo que plantea dudas sobre si la guerra comercial de 18 meses valió la pena. Los Chinos le hicieron conejo, pues Trump, esperaba exportaciones adicionales de US$ 200.000 millones, pero hasta ahora, el cumplimiento va por debajo de la mitad, lo que socaba su estrategia para la reelección de Noviembre.
Sin lugar a dudas el desafío más serio para el liderazgo mundial de EEUU, después del fin de la guerra fría viene de China y hay quienes vaticinan que se está produciendo una inminente transición de la actual hegemonía mundial entre China y los Estados Unidos y generalmente esas transiciones no son pacíficas.
Una anécdota histórica, sobre las consecuencias bélicas de las decisiones económicas. En 1935 el embajador de Estados Unidos en Japón, Joseph Grew, advirtió al Departamento de Estado en Washington sobre la necesidad de generar espacios económicos al imperio Nipón para evitar una confrontación militar. La Casa Blanca hizo todo lo contrario estableciendo un embargo comercial y petrolero y seis años después los dos países estaban en guerra total, que terminó con una conflagración nuclear.
La actitud de Trump ha sido señalada por Scottt Kennedy del Centro de Estudios Estrategicos e Internacionales de Washington como “bravuconadas peligrosas”, que pueden terminar mal. Ojalá Trump siga jugando al golf y no con el maletín nuclear.
Mientras tanto, para especular: Gobernará China el mundo después de la pandemia? Continuará USA como amo? Tendremos la tercera guerra mundial.?