Froilán Casas Ortiz
Obispo de Neiva
Creo que las medidas tomadas por el gobierno nacional, en general, son buenas; son apenas una exigencia de la realidad nacional y mundial que vivimos, la horrible pandemia del COVID – 19. Aquí no se escapa nadie de sufrir las consecuencias de esta conflagración, absolutamente inesperada en las proporciones que ha llegado. Se han hecho muchas lecturas al hecho; cada una con sus matices y su propio horizonte hermenéutico. Deben leerse con sentido crítico evitando sesgos y actitudes viscerales. Nos ha hecho ver que la salud es prioritaria en la vida. Los descuidos centenarios en la atención al sector salud, lleva décadas, padecemos sus consecuencias. El profesionalismo del talento humano del área tiene que fortalecerse, los equipos y laboratorios deben estar en la tecnología de punta; la seguridad del personal de la salud debe protegerse al máximo. Uno de los indicadores de la capacidad de respuesta a una epidemia es la Unidad de Cuidados Intensivos; es decir, relación enfermo versus capacidad instalada. Ésta debe estar por encima del 50% en capacidad de respuesta. La política del aislamiento, no cabe duda, es necesaria y ha dado resultados. ¡Cuidado las exageraciones! El remedio puede resultar peor que la enfermedad. La reactivación económica es fundamental. Infortunadamente nos toca “convivir” con el virus y, ¿entonces? A tomar con seriedad y disciplina las medidas de bioseguridad. Pasemos del estar en casa, a esté alerta. En este infortunio que agobia a la humanidad, todos debemos poner una cuota de sacrificio. Los informes a juntas directivas sobre indicadores de gestión y utilidades, deben bajar sustancialmente. Por favor, dejemos de presentarnos, directivos y gerentes, con cara de luna llena por los logros económicos obtenidos durante el año. Espero que el sector bancario dé una buena cuota a la reactivación económica en términos de intereses, créditos blandos e incluso condonación de algunas deudas. Diferir las obligaciones no es una gran cosa. Hay que tomar medidas eficaces que alivien al sector productivo. Los bancos en las dos últimas décadas han ganado mucho; por favor, bájenle a la ambición. Recuerden que un día tendrán que darle cuenta a Dios. No hay cosa que llene más al espíritu que el servir oportunamente. Por favor, Electrohuila y en general sector eléctrico, a bajarle a las utilidades. En este momento prima la responsabilidad social. No es ninguna solución diferir pagos; hay que bajar los mismos e incluso condonar algunas deudas; ese sí es verdadero servicio. Explicaciones que apuntan a afirmar que el aislamiento ha aumentado el consumo, eso es evidente, eso es verdad de Perogrullo. Se trata de bajar a las utilidades y tener la satisfacción de ayudar al crecimiento de la economía. El desempleo es uno de los mayores causantes de la violencia. Sin ética no hay desarrollo.