Ahora el Presidente de los Colombianos, nos quiere embarcar en una nueva propuesta de reforma a la Constitución para darle muerte a la figura de la Vicepresidencia y retornar a la del Designado. Terrible por no decir horrible. Ahora el Presidente de los Colombianos, nos quiere embarcar en una nueva propuesta de reforma a la Constitución para darle muerte a la figura de la Vicepresidencia y retornar a la del Designado. Terrible por no decir horrible. Cuando en estados Unidos se realizó la Convención en 1787 para promulgar la Constitución se impuso la figura del Vicepresidente con el argumento de ser “necesaria para preservar al pueblo de los peligros e inconvenientes de un interregno o de que el poder le correspondiera a un funcionario no escogido por él (Schwartz, Bernard)”. Fíjese que desde la Constitución de 1787 en Estados Unidos existe la Vicepresidencia para reemplazar al Presidente. Su única enmienda (la No. XII) fue para modificar el hecho de que el Vicepresidente se convertía como tal al quedar de segundo en las elecciones y, entonces, ahora quedaría elegido pero en la misma fórmula del Presidente. En Colombia, desde su independencia, digamos que copió este régimen presidencialista y lo instauró en sus Constituciones Provinciales. Pero no solo se quedó con la Vicepresidencia. También ensayó otras figuras, entre ellas, la del designado para reemplazar al Presidente por sus posibles faltas temporales o permanentes. En la Constitución de Cundinamarca de 1811 se llamó Sustituto, en la de Tunja de 1811 Teniente-Gobernador, en la de Antioquia de 1812, Prefecto o Primer Consejero, en la de Cundinamarca de 1812 Primer Consejero, en la de Cartagena 1812 el Presidente del Senado, la de Mariquita de 1815 Teniente-Gobernador, la de Angostura de 1819, Vicepresidente, en la de Cúcuta de 1821 Vicepresidente luego suprimida por Simón Bolívar, la de 1830 Vicepresidente, las de 1832, 1843 y 1853 Designado, 1858 y 1863 tres Designados, 1886 Vicepresidente y a éste lo suplía el Designado; eliminadas en 1905, la de 1910 tuvo 1º y 2º Designado hasta la del 1991 donde reapareció la Vicepresidencia por duros debates sobre su conveniencia o inconveniencia en la Asamblea Nacional Constituyente. Preferimos un Vicepresidente avalado mediante votación popular y en fórmula con el Presidente, que un impuesto y desconocido Designado. Sus costos, funciones y confrontaciones por desacuerdos con el ejecutivo no son excusas para acabarla. Esta figura poco utilizada en Colombia en estos casi 200 años, vigente, fortalecerá más la democracia. Pareciera que no aprendemos de los 325 años que lleva funcionando en EE.UU. No lo acompañamos: ¡Presidente!