Vuelve y juega, los diversos movimientos políticos se preparan para las próximas elecciones, de igual manera los grupos económicos desarrollan sus inversiones mediante labores de financiamiento de quienes serán los dueños del poder político, luego vendrá la cuenta de cobro. Las propuestas y programas es lo de menos, tampoco preocupa que alrededor de 250 aspirantes al Congreso sean deudores morosos del Estado, importa las estrategias para maximizar los votos, en especial el voto comprado o comprometido bajo varias modalidades.
Las propuestas que se mencionan para nada afectan el sistema político o el modelo económico; ya el gobierno ha reiterado de manera arrogante que no le interesa discutir lo anterior; se vanaglorian de hechos o propuestas inocuas, como la quimera del primer empleo del Partido Liberal o la reglamentación de las propinas del Conservatismo; el llamado Cambio Radical esconde su realidad: el radicalismo derechista y retrógrado, sus propuestas en poco difieren de las del Centro Democrático, el Mira o la Alianza Verde.
Los movimientos considerados de izquierda, que han incursionado en el panorama electoral desde hace casi 50 años tienen un grave problema, el divisionismo, no por asuntos programáticos, sino por razones personales, de ahí su estancamiento; si bien debemos reconocer que cuentan con valiosos dirigentes que se han destacado por la descripción del problema social, las denuncias y algunas propuestas importantes, sus intenciones se han truncado; actualmente existen unos cuatro grupos, ninguno tiene o al menos no se le conoce un programa detallado, solamente enunciados generales o algunas propuestas sueltas porque la prioridad es el trabajo electorero..
Este planteamiento y muchas razones, han originado alta favorabilidad para el voto en blanco (30%), ojalá este guarismo se concretice en las urnas. Al margen de este pronóstico, es indispensable la conformación de un comité amplio a nivel nacional, para la labor pedagógica, presionar mejoras de las normas legales pues su alcance es limitado, para ser propositivos y que no se limite a un voto protesta. El comité debe estar libre de las mañas de los grupos políticos, entonces no deberá ser caudillista ni propiedad de unos pocos, con trabajo permanente, no electorero, para que la protesta tenga continuidad y se manifieste en propuestas alternativas, en un referendo o en una constituyente.
*rodovaldi@hotmail.com