La Nación
Voto por convicción 1 19 abril, 2024
COLUMNISTAS OPINIÓN

Voto por convicción

María Consuelo Plazas Serrato

En las pasadas elecciones presidenciales voté por De La Calle. Opté por esta alternativa a sabiendas que la posibilidad de pasar a segunda vuelta según lo vaticinaban las encuestas eran limitadas. Tanto así que varias personas intentaron persuadirme para que votara por el candidato de sus preferencias, pues según ellos mi voto en tal sentido sería inocuo. Sin embargo no cambié de opinión y paso a contarles por qué:

Percibo a Humberto De La Calle como persona honesta y diligente. Con amplia trayectoria política. Sin duda alguna el más experimentado de los aspirantes. Aunado a la solidez intelectual demostrada en su quehacer público. Cabe destacar que es un líder que conserva intacta lo que muchos han ido perdiendo y que otros incluso nunca llegaron a alcanzar, su respetabilidad. Y como si fuera poco fue uno de los protagonistas sobresalientes del notable desafío en el que Colombia se halla inmersa: la construcción de paz.

Desde esa perspectiva es importante poner de presente que a pesar de las inconformidades expresadas en los diversos sectores de opinión frente al Acuerdo, en el transcurso de la jornada electoral no se presentaron alteraciones de orden público, en tanto se evidenció cómo antiguos militantes de las FARC no portaban un fusil en sus manos, sino el tarjetón para ejercer su derecho al sufragio.

No obstante tal y como lo habían previsto las encuestas mi candidato no obtuvo el favor de las mayorías como también ocurrió con mi segunda opción: Sergio Fajardo. Con lo cual debo confesar que me encuentro cautivade una aguda “tusa post-electoral” y eso me conduce a no saber a ciencia cierta qué hacer con la inmediata opción partidista. Si bien no es mi interés entrar a cuestionar a ninguno de los aspirantes, pues cada quien está en su derecho de optar por el uno o por el otro, debo manifestar que hasta el momento no me he definido en torno de las propuestas formuladas por los actuales candidatos a la jefatura del Estado.

Así las cosas me encuentro analizando seriamente las dos opciones electorales con el fin de adherir de manera consiente al nombre que en mi sentir más convenga a los intereses del país. No dejemos pasar esta importante oportunidad democrática. Votar es un derecho que debemos ejercer pero también un deber que nos corresponde cumplir con responsabilidad. De esta manera estaremos cumpliendo nuestros deberes ciudadanos pues como bien lo expresara el expresidente de los Estados Unidos John Quincy Adams “Siempre vote por principio, aunque vote solo, y podrá apreciar la más dulce reflexión, que su voto no se pierde nunca”.