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Y ahora, ¿qué le doy de comer? 2 28 marzo, 2024
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Y ahora, ¿qué le doy de comer?

Para muchos padres de familia, comenzar la alimentación complementaria de sus bebés se convierte en una tarea difícil debido a la gran cantidad de información con que nos encontramos. El pediatra Miguel Andrés Bayona expone los detalles de este proceso.

 

Y ahora, ¿qué le doy de comer? 8 28 marzo, 2024

 

Miguel Andrés Bayona Ospina, Doctor Barbuchas

Médico Pediatra – Máster Universitario en Cuidados Paliativos Pediátricos

Miembro de la Junta de la Sociedad Colombiana de Pediatría – Regional Huila

@pediatraencasa Docente del Posgrado de Pediatría en la Universidad Surcolombiana

 

Mientras los bebés van creciendo, una de las preocupaciones habituales de los padres es definir qué le van a dar de comer a partir de los seis meses. Todo tipo de recomendaciones, desde las de familiares hasta las de médicos y demás personal de salud, llegan a los oídos de los cuidadores de los más pequeños. Esto se complica aún más en esta época de redes sociales, cuando la oferta de métodos, técnicas, expertos, coaches, pediatras y padres interesados, termina confundiendo en proporciones mayores, al punto de no saber qué hacer.

Lo primero que vale la pena aclarar es que el mejor alimento antes y después de los seis meses sigue siendo la leche materna; incluso después del año, ésta se dará hasta que la madre y el bebé así lo quieran. La alimentación se llama complementaria porque es un complemento a la lactancia, no al contrario. La creencia de que la leche materna no es suficiente o deja de ser buena hay que olvidarla. Ya tendremos en agosto la semana de la lactancia materna para hablar ampliamente del tema.

Lo segundo para resaltar es que, como lo menciona el pediatra español Carlos González, sea cual sea la técnica que escojamos para alimentar a nuestros hijos, cuando lleguen a la edad adulta van a comer de todo y van a comer bien; no hay personas que en la adultez sigan comiendo solo papillas y caldos. Creo que esto permite mermar un poco la preocupación y el estrés de la situación. Yo siempre digo que cuando se hacen las cosas con afecto (como las que hacemos por nuestros hijos), es difícil que salgan mal.

Por mucho tiempo no hubo dudas de cómo proporcionarles los alimentos a los hijos: lo que se recomendaba era dar caldos, papillas y compotas a partir de los cuatro o seis meses, con cuchara: el conocido “método tradicional”, que sigue siendo el más conocido y recomendado. Es, además, relativamente sencillo tanto para padres como para bebés; sobre todo para estos últimos, que hasta ese momento solo han recibido leche (materna, de fórmula o mixta) y los alimentos de consistencias suaves hacen la transición más fácil.

En los últimos años, entendiendo que la alimentación no es importante solamente desde el punto de vista nutricional, sino en lo relacionado con el neurodesarrollo y como experiencia, apareció una nueva forma de alimentar a los bebés a partir de los seis meses, el BLW, siglas en inglés para Baby Led Weaning, que se traduce como “alimentación guiada por el bebé”.

En el BLW se busca ofrecerles a los niños alimentos con una consistencia más sólida, y dejarlos comer por sí solos y, preferiblemente, cuando ellos deseen hacerlo. Para poder iniciarla, el bebé debe cumplir las siguientes condiciones:

  1. Poder mantenerse sentado (lo logran normalmente luego de los seis meses de edad).
  2. Que les llamen la atención los alimentos y los lleven a la boca con sus manos.
  3. Que hayan eliminado el reflejo de extrusión (es el que hace que los bebés empujen con su lengua los alimentos fuera de la boca).
  4. Idealmente, que reciban lactancia materna exclusiva a libre demanda (cuando el bebé quiera), aunque esto no es obligatorio.

Por tanto, en el BLW se ofrecen alimentos generalmente de forma alargada, “como deditos”, y de consistencia blanda (el punto para reconocer que esté lo suficientemente blanda es que al introducirla usted en la boca, la pueda aplastar con facilidad entre lengua y paladar), y se le permite al niño que los tome del plato y se los lleve a la boca, no con cuchara ni con nuestra mano, para que él coma por sí solo y aprenda.

Entre los temores habituales ante esta técnica, tenemos:

  1. Atragantamiento: Estudios han mostrado que con la consistencia y forma adecuada, el riesgo es bajo. De todas formas, siempre es importante que todo padre y cuidador sepa cómo actuar ante esta situación, no solo en las comidas, sino por cualquier objeto que los niños introduzcan en su boca.
  2. Déficit de nutrientes: Puede preocupar que, al optar por la alimentación guiada por el niño, éste no reciba algunos elementos esenciales para su crecimiento, como por ejemplo el hierro. Por eso se recomienda ofrecer desde el comienzo alimentos ricos en éste, como carnes o verduras.
  3. Desperdiciar comida: Es común que los niños jueguen con los alimentos, los boten y rieguen con esta técnica; es parte de su aprendizaje. Para evitarlo, intente poner a su alcance pocas porciones, y en la medida en que se las coma, ofrézcale más.

Sea cual sea la forma de iniciar la alimentación complementaria en sus hijos, lo importante es que los padres se sientan tranquilos con ella. Asesórense, lean, pregunten; todas son buenas opciones, con pros y contras. Seguro escogerán la mejor. Ante cualquier duda, encantado les responderé a través de mis redes sociales. Cuídense mucho.