Por: José Joaquín Cuervo
Cada vez la muerte parece estar más cerca de nosotros: A Ramón Silva lo vi hace sólo 15 días, nos encontramos en la alcaldía, nos saludamos en uno de los descansos de la escalera, llevaba muy bien puesto sus tapabocas, su saludo siempre amable y caballeroso. A Velandia lo salude hace pocos días, estaba sentado en una de las bancas frente a la gobernación por la Carrera Cuarta, hoy está muerto a causa del maldito Covid. Con Miguel Rodríguez hace sólo un mes me tomé un tinto en la carrera quinta, siempre locuaz y optimista. A Julio César mi ex alumno no le alcanzó la vida para graduarse de abogado, su mayor sueño e ilusión. Lo habían conminado a estar por fuera de la Universidad, tenía otras enfermedades pre existentes, Julio césar murió por Coronavirus hace sólo cinco días. Tenemos pánico, tenemos miedo que se nos mueran los más cercanos, tenemos terror que se nos mueran los más viejos de la familia, los más gorditos, los hipertensos, los diabéticos, los que ya venían enfermos. Ya ni preguntamos por las cinticas negras que publican nuestros amigos y conocidos avisando el fallecimiento de uno de los suyos.
Por otro lado, y según cifras de la O.M.S Colombia se encuentra en el lugar Número once de mayor numero de muertes asociadas al Covid 19, junto con Irán son los únicos países de este primer listado que no tienen un plan claro de vacunación, las fechas se nos han ido corriendo, los precios van subiendo, lo único seguro ha sido recurrir a Covax, las vacunas medio solidarias y medio subsidiadas que la OMS ha priorizado en los países más desiguales y excluyentes.
Al ministro de Salud le preocupa que la tutela pueda desequilibrar el tratamiento discriminante del reparto y aplicación programada de vacunas que ya tiene concebido con las reglas de exclusión que tiene incitó un régimen excluyente que siempre beneficia a los más ricos e influyentes. Aun no se entera que los regímenes morales igualitaristas y utilitaristas que usamos en Colombia, no son la solución en la distribución y aplicación prioritaria de vacunas. Debería utilizarse más que justificaciones para mantener la desigualdad, el modelo comunitarista que revise el aspecto teleológico que significa que el fin es lograr evitar el mayor numero de contagios, por lo que deberían vacunarse primero la población de edades más contagiantes, sin distingo de sexo, religión, política o clase social.
Los dilemas morales que implica la discriminación y la injusticia se ciernen sobre nuestra sociedad colombiana y hasta ahora no nos han enseñado a lidiar con ellos. Hay que aplicar que entre dos males a veces tenemos que optar por el menos mal, es preferible optar por una vacuna Universal aun en experimentación, que no hacer nada. Es preferible comenzar el plan de vacunación ahora y no esperar a que la politiquería intervenga en los planes de compra, distribución y aplicación. Es preferible prevenir el mayor número de muertes, así sea en un país que gracias a la manipulación ideológica de las redes e indirecta del sistema, opine con un 45% de los ciudadanos que prefiere no ser vacunado.