Humberto Silva Cuellar
Tal como lo expresa la inolvidable canción “Soy Tolimense”, compuesta por uno de los iconos de la música colombiana, Darío Garzón Charry, he querido contextualizar su contenido con nuestra realidad política, máxime cuando existen temas en este ámbito de la vida nacional que nos incumbe a todos, entre ellos LA PAZ.
Ya todos nos hemos expresado a cerca de las connotadas objeciones a la JEP, pero dichos retrasos y artimañas para dilatar su estudio en el Senado, ha servido para mostrar liderazgos nuevos, por parlamentarios de ambas Cámaras, lo que demuestra que realmente hay gente seria, educada, estudiosa y pensante, que manda un mensaje al País, que si es posible derrotar los males que aquejan a nuestra patria y volver a confiar en algunos sectores de la clase política colombiana.
En medio de esos enfrentamientos, celebro la valentía de la Cámara de Representantes para actuar de forma independiente y respetuosa, con argumentos sólidos frente a un país que clama por una clase política que represente los intereses de todos los colombianos y no de unos pocos; celebro la coalición férrea y mayoritaria en Senado y Cámara que acabe con el caudillismo populista, que quiere regresar al país a épocas ya superadas del feudalismo o las cruzadas; a pesar de la salida injusta de Mockus y Ángela Robledo de sus curules – supongo respetables jurídicamente-; de algunos brotes de violencia que la demora en cumplir los acuerdos, ha podido generar, creo que aún es posible un nuevo amanecer para Colombia, aplaudo el apoyo de organismos como la ONU y la Unión Europea en pro de la paz y a la JEP, que tanto han querido desprestigiar, quizás por miedos a la verdad- cuando uno nada debe nada teme, dice el adagio popular-; Yo también he sido víctima de la violencia y lo que más tranquiliza interiormente es el conocimiento de la verdad sobre que pasó con nuestros seres queridos desaparecidos; la invitación es a seguirnos fortaleciendo como sociedad civilizada que puede superar sus problemas y creo con certeza que se ha iniciado una nueva etapa en la vida Republicana hacia adelante y lo que más me gusta de todo es poder comentar libremente y escuchar al unísono, en multitudes, que ya no canta el gallo viejo como cantaba primero.