En intercambio de favores es lo que parece haber quedado de la reforma a la justicia que hoy, seguramente, ya estará aprobada por el Congreso de la República. En intercambio de favores es lo que parece haber quedado de la reforma a la justicia que hoy, seguramente, ya estará aprobada por el Congreso de la República. Igual como ha venido sucediendo en este país con las campañas políticas, cuando a cambio del voto se ofrece una dádiva que puede ser un puesto público, un contrato, algún privilegio. O sea que, “El yo te doy a cambio de que tú me des”, se hace evidente ahora en las ramas del poder público, según se desprende del descarnado informe del El Espectador del pasado lunes. Si dicho periódico no se equivoca, la reforma a la justicia de la que con tanto aspaviento hablan el presidente Santos y los Congresistas, no es otra cosa que un grosero engaño a los colombianos. Al parecer no hay tal reforma, sino un mejoramiento de privilegios salariales, edad de retiro, blindajes legales, presupuestales y un reacomodamiento burocrático en el que todos, gobierno, altas cortes y legislativo, salen ganando, mas no los instrumentos de castigo al delito ni los mecanismos para llegar una pronta, eficiente y equitativa justicia, para que algún día este país cambie realmente. La descripción de El Espectador señala con claridad lo que cada una de las ramas del poder gana con la reforma. Las Cortes con el aumento del período y edad de retiro para los magistrados y con la norma según la cual el Congreso ya no los podría juzgar. El Congreso gana en relación con la pérdida de investiduras de los congresistas, que serán más flexibles, tendrán la doble instancia para los juicios que tengan que abocar, quedan blindados ante las investigaciones de la Procuraduría y en cuanto que no podrían ser capturados sino cuando haya resolución de acusación. Finalmente el Gobierno gana al aprobarle la eliminación de Consejo de la Judicatura y la Comisión de Investigación y Acusación de la Cámara, entre otras cosas. Esto lo llama El Espectador y cualquier persona que tenga sentido común, legislar en beneficio propio. ¿Ejemplo para los Concejos y las Asambleas? “Para los ciudadanos de a pie” esta reforma a la justicia nada cambiará, solo que, como aportantes de los impuestos, tendremos que pagar más para sostener los nuevos privilegios conseguidos en el “yo te doy y tú me das”. ¡Qué tal la componenda! Mientras tanto en el país seguirá prevaleciendo la impunidad, objetivo que debió ser el número uno de la reforma a la justicia.