La Nación
“Yo veía el virus tan lejos que nunca pensé portarlo” 1 17 abril, 2024
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“Yo veía el virus tan lejos que nunca pensé portarlo”

Una neivana narra para LA NACIÓN el drama que vivió por cuenta del coronavirus. No sólo fue portadora de la enfermedad sino que perdió a su hermano, a quien no pudo darle el último adiós. Otra integrante de esta familia del barrio La Libertad contrajo el virus.

 

Carolina Argüello Cruz

comunidad@lanacion.com.co

“Yo veía esa enfermedad tan lejos que jamás pensé llegarla a tener algún día”; eso pensaba Helena Villarreal hasta el pasado 13 de abril; día en que personal de la salud llegó hasta su vivienda ubicada en el barrio La Libertad de Neiva; para hacerle la prueba de covid-19 a ella y a 6 de sus familiares.

Tres días atrás su hermano de 61 años que padecía dengue había sido hospitalizado porque su estado de salud había empeorado y sus pulmones ya no funcionaban con la misma intensidad de siempre, presentaba dolor severo en el cuerpo, no podía caminar y no sentía el sabor de la comida.

 

El contagio

Dentro del mismo núcleo familiar, compuesto por 8 personas, tres eran portadores de covid y no lo sabían. Los síntomas no habían aparecido y creían que con el aislamiento que cada uno hacía, era imposible que el virus tocara su puerta.

“La salud de mi hermano fue empeorando, fue ahí cuando la esposa se lo llevó para urgencias del Hospital de Neiva. A ella no la dejaron ingresar, a él lo trasladaron a UCI y a diario los médicos nos llamaban para contarnos sobre su estado de salud, que no era satisfactorio. Ella le llevó pañales y un celular para que se pudiera estar comunicando con nosotros”, relató.

Sin embargo, el 12 de abril les comunicaron que debían aislarse porque su hermano hacía parte del grupo de pacientes con covid en el Huila.

“Nosotros creemos que él se contagió en la ESE de Las Palmas pues todos los días se iba para allá para que lo atendieran por el dengue. A ningún otro lado salía”, detalló Helena, quien añadió que no tenía contacto cercano con él, sin embargo, considera que se pudo haber contagiado a través de los platos, los vasos o los cubiertos que compartían.

Tres días después les notificaron los resultados y confirmaron que la esposa y la hermana estaban contagiadas también.

“Yo no pude hacer el aislamiento como tenía que hacerse, mi papá de 92 años se estaba recuperando de una cirugía y yo era quien le hacía la curación y la que lo aseaba a diario. Cuando entraba a la habitación de él, me colocaba tapabocas, guantes y un plástico que me cubriera todo el cuerpo; yo sufría porque no podía ni abrir la boca para responderle lo que me preguntaba y todo se lo decía con señas y desde lejos. Él no entendía por qué no podíamos tener un contacto cercano”, añadió.

 

Síntomas leves

Helena le contó a LA NACIÓN que por fortuna sus síntomas no fueron tan agresivos por lo que el virus le permitió continuar con su vida normal. Ella presentó gripa acompañada de toz seca, diarrea, dolor de cabeza, mareos y “un dolor en el pecho muy agudo que para respirar tenía que hacerlo por la boca”.

Sin embargo, a diario seguía con las fuerzas necesarias para seguir cuidando de sí misma, de su padre y de la nieta que tiene a su cuidado.

“La niña sí se aisló, ella se quedó dentro del cuarto y sólo abría la puerta para que yo le pasara la comida”.

Helena asegura que recibió una muy buena atención de su EPS, pues constantemente los médicos iban a su casa a revisar su evolución y todos los días la llamaban para preguntarle cómo había amanecido. Ocho días después de su diagnóstico positivo, le realizaron otra prueba cuyo resultado seguía siendo el mismo.

La familia Villarreal fue notificada el 26 de abril sobre el fallecimiento de Vicente Villarreal, hermano de Helena. Desde ese día han vivido un duelo aún más doloroso pues no pudieron despedirse de él ni tuvieron la oportunidad de realizarle las exequias que se acostumbran en la iglesia católica.

“A nosotros nos avisaron de su fallecimiento a las 6:00 p.m. y nos dijeron que ya lo llevaban al cementerio para su cremación. No pudimos despedirlo y en las últimas tres semanas no lo vimos. Pese a todo, le hicimos el novenario y las misas del alma para su eterno descanso”, indicó la afligida hermana.

En medio del dolor y la tristeza y tras una nueva toma de muestra, llegó el resultado negativo para las dos personas que portaron durante más de 15 días el coronavirus. El 29 de abril les confirmaron que le habían ganado la batalla al virus y que ahora dependía de su cuidado para recuperarse de los daños que les había dejado en su cuerpo la voraz enfermedad que no discrimina sexo, raza o estrato social.

Hoy casi un mes después, Helena dice que no sale de su casa por el miedo a volverse a contagiar; manifiesta que todo le produce miedo y por eso “le digo a las personas que se cuiden, que esto no es un juego y que como lo dije antes, yo nunca pensé que me iba a contagiar”.

Finalmente, al resto de los familiares les volvieron a tomar la muestra y su resultado fue negativo.