El empresario neivano Fabio Simón Younes Arboleda, aspiraba invertir en un proyecto agrícola y terminó involucrado en un supuesto negocio para importar diez toneladas de cocaína a los Estados Unidos.
Aunque sin pruebas, agentes encubiertos de la DEA lo involucraron con el ex jefe negociador de las desmovilizadas Farc, Jesús Santrich y terminó solicitado en extradición por narcotráfico.
Por el mismo hecho también responderá Armando Gómez España, supuesto negociador del Cartel de Sinaloa.
Los dos, según el expediente de 244 páginas montado por la justicia norteamericana, participaban en la “producción y venta de grandes cantidades de cocaína destinada a los Estados Unidos y otros lugares”.
Younes Arboleda fue solicitado en extradición mediante nota verbal No.0589 expedida el 13 de abril de 2018 por el Gobierno delos Estados Unidos.
Con base en ese documento reclamó la detención preventiva con fines de extradición requerido por tráfico de narcóticos. En esa misma fecha la Fiscalía General ordenó su captura con fines de extradición.
Había sido aprehendido e1 9 de abril en Bogotá con una circular roja de Interpol junto con Armando Gómez España y el exjefe guerrillero Jesús Santrich.
Younes Arboleda, de 72 años, estaba interesado en invertir en proyectos productivos, pero fue engañado, aseguró su apoderado Pedro Nel Escorcia. Además, nunca ha tenido contacto personal con Santrich, el ex negociador de los acuerdos de paz.
Cupo en la JEP
La apoderada, en su afán por frenar la extradición solicitó la suspensión del proceso y le pidió que lo remitiera al Tribunal de Paz por los supuestos nexos con las Farc. En su criterio, la Jurisdicción Especial para la Paz es la llamada a verificar si los hechos que fundamentan el pedido de extradición corresponden a conductas objeto del Sistema Integral de Verdad,Justicia,Reparación y No Repetición.
La estrategia jurídica no le resultó. La Corte Suprema de Justicia estimó que en este caso no se cumplían los requisitos y se abstuvo de remitir el expediente a la JEP.
“Tal presupuesto no se encuentra acreditado pues la solicitud que al respecto presentó su apoderada se fundamentó únicamente en el señalamiento que le hizo el gobierno de los Estados Unidos”, afirmó el magistrado José Francisco Acuña Vizcaya, encargado de tramitar su extradición.
“Para la Corte-dijo- no existe certeza de que el requerido reúne los requisitos de carácter personal para que se active la competencia de la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP).
Acogiendo la solicitud de la Procuradora Segunda Delegada para la Casación Penal requirió a las autoridades judiciales para que determinen sus antecedentes penales para confirmar o desvirtuar que haya sido investigado, procesado o condenado por delitos de lavado de activos, narcotráfico o concierto para delinquir para descartar que pueda ser procesado dos veces por los mismos hechos.
Igualmente ofició al Comisionado de Paz y a la Jurisdicción Especial de Paz para que certifiquen si el empresario opita figura en los listados de miembros de las Farc.
Además, si hay registro de acusaciones o sentencias proferidas contra Younes Arboleda, como integrante o colaborador de las Farc.
La Corte también rechazó las solicitudes de nulidad y suspensión de los trámites de la extradición promovida por los Estados Unidos.
El expediente
Las pruebas de la DEA para solicitar las extradiciones no tienen la contundencia que se esperaba. No obstante, los trámites de extradición se vienen surtiendo.
Los supuestos voceros de los carteles mexicanos eran en realidad agentes encubiertos de la Agencia Antidrogas de Estados Unidos (DEA). Según sus propios relatos todo fue un montaje.
Los agentes encubiertos, entre ellos Brian Witek, se hicieron pasar como supuestos negociadores del Cartel de Sinaloa y se contactaron con los empresarios colombianos Armando Gómez, supuestamente vinculado en el pasado con el Cartel de Cali y con el empresario neivano Fabio Younes Arboleda de Neiva, registrado como gerente de una firma de consultoría financiera. También aparecía como representante de una empresa dedicada a la importación y exportación de bienes y servicios.
Luego localizaron a Marlon Marín Marín, quien se convirtió en testigo) y terminó involucrándolos en un supuesto negocio para importar cocaína.
Los agentes infiltrados de la agencia antidrogas, usando dólares falsos, fingieron un primer pago del negocio. El pago se fingió en Miramar (Florida).
Los dos hechos, están contenidos en el expediente de 244 páginas enviado a las autoridades colombianas para solicitar la extradición de los tres personajes.
Los contactos, según el documento, habrían comenzado en junio de 2017. La entrega del anticipo en dólares falsos se habría efectuado el 13 de febrero del 2018, “en una reunión grabada en video” por uno de los agentes infiltrados.
El agente encubierto le proporcionó un automóvil al contacto enviado por Marín.
“En el maletero había cinco millones en moneda falsificada de los Estados Unidos que estaban destinados a ser el pago, ordenados en paquetes transparentes en una bolsa, la cual observó el contacto antes de llevarse el automóvil”, revela textualmente el expediente entregado a las autoridades colombianas.
Según la DEA, “los acusados participaron en numerosas conversaciones con testigos confidenciales que actuaron bajo las instrucciones de autoridades (federales) tiempo durante el cual mencionaron y negociaron la compra de miles de kilos de cocaína, parte de ella destinada a los Estados Unidos”.
En febrero pasado, el exjefe de las Farc habría recibido en su casa a agentes de la DEA. Uno de ellos estaba filmando en secreto.
Los audios
En los audios enviados por la Fiscalía Marlon Marín sostiene una breve conversación telefónica con Santrich. Solo hablan de programar una reunión con empresarios para financiar proyectos productivos. Marín le insistió que los recibiera porque venían de lejos. Santrich, quien estaba en Barranquilla, aceptó recibirlos en Bogotá una semana después en horas de la mañana. Nada más.
Según el documento digital la reunión se habría producido el 9 de febrero de 2018 a las 5:30 a.m. En las conversaciones telefónicas no hay evidencias, ni referencia alguna sobre narcotráfico.
Lo demás es parte de un expediente armado sólo con la versión de los agentes infiltrados de la DEA que hoy mantiene al empresario neivano con un pie en Estados Unidos.