Jorge Luis Salcedo Restrepo
En estos días de Navidad y vísperas de año nuevo, hemos visto mensajes que nos mandan con cariño los jóvenes incorporados al ejercito y sus superiores que nos ponen a pensar cómo ellos están dispuestos a dar su vida, todo por darnos tranquilidad y hacer respetar la vida, honra y bienes de los colombianos. También, nos dejan con la semilla en nuestras mentes sobre si su oficio y sacrificio permanente sea su única opción.
Yo desde éstas líneas quiero proponer a los que me leen y a los que sirven de multiplicadores la idea para que llegue a los políticos sobre otras alternativas que los acerquen a la comunidad en general en áreas diferentes.
Por ejemplo en bomberos voluntarios, defensa civil, voluntarios de la cruz roja nacional, ordenadores de transito en las calles, vigilantes al servicio de la policía trabajando de incógnitas, defensores de los derechos humanos, de los animales y del medio ambiente. En fin hay tantas aplicaciones en las diferentes áreas de nuestro desarrollo como país, que seríamos tontos en negar, por ejemplo, que tantos jóvenes que se están echando a perder en el licor y en las drogas por no ponerlos a trabajar en servicios obligatorios sociales pagados por el estado con una remuneración similar a la de los soldados, además darles los servicios de salud para ellos y sus beneficiarios.
¿Porque no pensar en acabar con toda la coca sembrada en el país con trabajadores sociales? Pero no sólo erradicando la coca y la marihuana, o amapola, también en la medida que tumban las malas yerbas ir sembrándoles a los campesinos sus tierras con cacao, caucho y otros frutos alternos. Nada de ganadería, pues este país ya no aguanta más la superpoblación y sobrepastoreo de ganado pesado que desertiza la tierra y produce mucho gas metano contaminante de nuestra atmosfera.
Vuelvo y repito, en lugar de tener cuerpo de bomberos desarmados, sin medios para combatir el fuego en los miles de municipios del país, deberíamos, mínimo, tener armados de mangueras y bombas a la mitad de estos municipios, pues de ésta manera se ayudarían entre ellos y se evitarían tantas tragedias ambientales, generadas por quemas. Pero hay que tener personal entrenado y bien pago, no voluntarios.
De otra parte y pensando en tantos jóvenes y reclusos del país, sin oficio, se les debería enseñar sobre labores del campo, la construcción y el mantenimiento básico de vías, haciendo ; de tal manera, que al campesino le sea más fácil sacar las cosechas que sentarse a quejarse porque no consigue trabajadores que le ayuden en esa labor. Sería una gran obra social la cual evitaría tanto enfermo mental derivado de la inactividad y el hacinamiento ilógico.