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En elogio del sombrero Suaza 3 30 abril, 2024
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En elogio del sombrero Suaza

En elogio del sombrero Suaza 9 30 abril, 2024Parte de la identidad del Huila, el sombrero oriundo del sur del departamento se mantiene incólume, a pesar de los embates de la moda y de nuevos ornatos sobre su diseño original.

Un documento que recoge oficialmente la forma como se prepara y elabora un sombrero Suaza ha traído de nuevo a nuestra memoria la importancia histórica y cultural de esta prenda, cuyos orígenes son aún más antiguos que la existencia misma del Huila.

De hecho, se nos recuerda que “la tradicional artesanía en Suaza se ha mantenido desde el siglo XIX, desde antes de la conquista, actividad que los indios llamaban Nacumá en el lenguaje Andaquí. La materia prima en que es elaborado fue llamada “Carludovica Palmata” para honrar al Rey Carlos IV y a su esposa María Luisa de Parma, y era abundante en las montañas y zonas húmedas del actual territorio suaceño, procedente del Ecuador, llegando a Nariño y de allí pasó a otras regiones del país, de donde proviene su nombre de jipijapa o de murrapo, por la paja, palmicha, palmilla o palma de iraca en que es confeccionado.”

Sorprendentemente, el sombrero Suaza se erigió como un elemento importante de nuestra economía, cuando se afirma que se inició “su exportación en forma tímida en 1830, llegando en 1858 a representar el 24% de las exportaciones nacionales, que representaba en esa centuria la cifra de $1.324.129. Sus mercados eran, principalmente, Las Antillas y las regiones algodoneras de los Estados Unidos. El precio unitario en 1848 oscilaba entre 40 a 80 reales la unidad, mientras que en Antioquia y Santander se producían sombreros de más baja calidad, cuyo precio por docena oscilaba entre 100 a 200 reales, con la diferencia de que mientras la elaboración de un sombreo Suaza demandaba entre tres y cuatro semanas, los de otra calidad los producían en una semana.”

Internacionalización
Viene entonces un período en el que se internacionaliza el sombrero, al imponerse “como moda entre los soldados españoles, durante la guerra de independencia de Cuba y fue expuesto en la gran muestra de la industria de todas las naciones en Londres en 1851. El uso de la mano de obra barata y lo liviano del producto que facilitaba su transporte y su éxito internacional generaron el auge de su producción, que alcanzó entre 1857 a 1858 un valor de un millón de pesos, que representó el 20% del valor total de las exportaciones nacionales. Esta bonanza fue breve y desde 1871 el volumen de comercio nunca volvió a alcanzar igual magnitud.”

Y aquí surge un cambio de nombre, al asumir como se tratara de otro origen: “la construcción del Canal de Panamá acrecentó nuevamente su demanda. Fue entonces cuando el sombrero Suaza fue conocido como ‘Panamá Hats’ pero ya las ganancias de sus utilidades fueron para los intermediarios.”

Aquellos tiempos probablemente nunca regresarán, pero no cabe duda de que, a pesar de la falta de apoyo institucional, el sombrero Suaza sigue siendo una pieza infaltable de la artesanía más excelsa del Huila: “actualmente se cataloga como un oficio artesanal la tejeduría del ‘Sombrero Suaza’, cuya descripción es la elaboración de sombreros a base de la palma de la iraca, con muchos años de tradición, constituyéndose en una de las muestras más representativas del municipio. Es apetecido a nivel nacional e internacional y su valor cultural tiene raíces que lo caracterizan por la alta calidad, razón por la cual no tiene ninguna dificultad para el aprovechamiento turístico.”

Fotos Gerardo Villegas / Secretaría de Cultura y Turismo del Huila
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