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A Yuri, la muerte le ganó la partida 1 7 mayo, 2024
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A Yuri, la muerte le ganó la partida

A Yuri, la muerte le ganó la partida 7 7 mayo, 2024
Yuri Alejandra Sánchez Peña padeció durante tres un tumor maligno que pudo ser tratado. La demora en la atención le arrebató la vida.
Desahuciada por un tumor maligno que le invadió el rostro y gran parte del cerebro, Yuri Alejandra Sánchez Peña, murió esperando un tratamiento especializado, que nunca llegó. La joven, falleció en la madrugada de ayer luego de convulsionar durante 24 horas y padecer sin remedio durante tres años.

El deceso se produjo en una humilde vivienda, en Los Andes Altos, un barrio popular en Florencia (Caquetá) su tierra natal. El jueves de la semana pasada, celebró en medio de la adversidad su último cumpleaños, sin perder la esperanza de un tratamiento que le prometieron en el Instituto de Cancerología de Bogotá, donde estuvo internada. Incluso, conservando la fe en las ayudas que le ofrecieron ciudadanos de buen corazón cuando conocieron su padecimiento. Pero fueron en vano. “El miércoles estaba feliz, confiada, se reía mucho, hablaba permanentemente cuando comenzó a convulsionar. Así permaneció toda la noche hasta que se fue quedando quietecita”, relató Sandra Peña su compungida madre.

DEMASIADO TARDE

Quince días atrás, médicos del Instituto de Cancerología, contemplaron la posibilidad de extirparle el tumor gigante, pero ya era demasiado tarde.

La joven justo cuando tenía 15 años comenzó a registrar la enfermedad, cuyo origen, todavía es un misterio.

Un pequeño absceso en la boca fue la primera manifestación de una patología que le apagó la vida seis días después de haber alcanzado la mayoría de edad.
Aunque la enfermedad puede afectar cualquier parte del cuerpo, en el caso de Yuri, el trastorno le afectó el rostro y se expandió velozmente hasta el cerebro. El crecimiento del tejido le causó total deformidad, le generó pérdida de audición y visión, artritis, y degeneró en un cáncer maligno que le apagó su vida.

Yuri, tenía lesión tumoral cráneo-facial gigantesca que inició en la cara y fue infiltrando más de la mitad de la cavidad intracraneal y la base del cráneo, explicó el neurocirujano Juan Carlos Ortiz, quien la valoró en Neiva, luego de haber implorado infructuosamente tratamientos en Caquetá, Pitalito y Neiva.

“La infección que tuvo en la cara era el inicio de la lesión tumoral que obviamente sin tener ningún tipo de tratamiento siguió creciendo hasta llegar a dimensiones gigantescas de difícil tratamiento”, remató el especialista. Una atención oportuna la pudo salvar. Pero no se pudo.

La dimensión del tumor infiltró toda la cara y más de la mitad del cráneo. Era un caso único. Le prometieron una quimioterapia, pero luego la descartaron. Era demasiado tarde. El tumor le tomó ventaja y terminó ganando la partida.

LA ÚLTIMA ESPERANZA

Después de haber sido atendida en Bogotá, emprendió una nueva cruzada.

Pidiendo limosna, regresó a Neiva, estuvo en Pitalito en pleno paro y hace dos semanas volvió a Florencia, a su modesta casa, donde cumplió 18 años, el 8 de mayo pasado. Ahora, solo esperaban la jornada humanitaria Healing the Children para que la atendieran. “Ya estaba inscrita y esperábamos esa oportunidad. Pero no alcanzamos. A las 4:00 de la mañana de ayer falleció. Su sonrisa se fue apagando hasta que se fue como un angelito”, relató su progenitora.

EL DRAMA CONTINÚA

Pero el drama no terminó con su deceso. Desde ayer, pide limosna para poder enterrarla. La funeraria nos cobra millón y medio. Aunque le suplicamos y le contamos todo el drama nos hicieron una rebaja. Con la ayuda de los vecinos, apenas logramos recolectar 56 mil pesos”. El féretro permanece en la calle 26C-No. 2ª-31 en el barrio Los Andes Alto en Florencia, esperando por lo menos descansar en paz.