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‘Aminta era la nana de mis hijos’ 2 18 mayo, 2024
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‘Aminta era la nana de mis hijos’

‘Aminta era la nana de mis hijos’ 8 18 mayo, 2024
La mujer murió de manera instantánea cuando el bus de servicio público le pasó por encima.
El cuerpo de Aminta Guarnizo Llanos, estaba cubierto con una sábana, la escena no podía ser más macabra. Parte de su cuerpo fue aplastado por la buseta de la que acaba de descender.

Aminta Guarnizo murió instantemente, y no alcanzó a llegar a la misa a la que iba tres veces a la semana. Al lugar llegaron sus familiares, menos su nieto mayor quien permanece recluido en la cárcel de Rivera.

El trágico hecho se registró el pasado 25 de enero a las 5:30 de la tarde a la altura de la carrera primera con calle 70C, en el barrio La Inmaculada.

La mujer quien se transportaba en el bus de servicio público afiliado a la empresa Autobuses, con placa VXH-605, se dispuso a descender del vehículo, cuando cayó para nunca más levantarse.

¿Guerra del centavo? ¿Falta de cuidado? ¿Qué tanta responsabilidad le cabe a la empresa transportadora y sus conductores?

Estos son solo algunos de los interrogantes que quedan en el aire, tras la muerte de Aminta Guarnizo, quien terminó debajo de las llantas traseras del bus del que se bajó, el 25 de enero.

Triste historia

La vida de Aminta no fue fácil, estaba llena de tristezas y desilusiones. Tenía 77 años de edad, y por más de 30 fue acogida en el hogar de Jaime y su esposa, luego de que por cosas del destino, se quedara sola y con la responsabilidad de sus dos nietos para criar.

Cuando su única hija falleció a los 26 años, Aminta se vio obligada a encargarse de la crianza de los dos nietos que le quedaron.

Pero la tragedia no terminó ahí su esposo al poco tiempo murió quedando solo a merced de su templanza y verraquera.

“Aminta era una persona sencilla, humilde de corazón tuvo una hija, la educó lo mejor que pudo, pero lamentablemente la vida se la arrebató bastante joven. Ella tenía alrededor de 26 años cuando falleció, dejando al cuido de Aminta dos nietos”, relató a la Jaime Pulido, uno de sus familiares.

Las desdichas

Según Jaime, tras la muerte de su única hija, al poco tiempo murió su esposo, quedando sola y respondiendo por sus dos nietos quienes para la fechan tenían alrededor de uno y seis años de edad.

“Tuvo que hacerse cargo de ellos, trabajó para nosotros ayudando a la crianza de nuestros hijos. Era la nana de la ellos. Junto con mi esposa somos los padrinos de los niños, y siempre tratamos de ayudarlos en lo que más pudimos”.

Jaime y su esposa, reconocen que la nana de sus hijos fue una mujer muy entregada al trabajo.

“Le confiamos nuestros hijos y en la educación de ellos tuvo que ver Aminta, tenía unos principios morales y religiosos muy bien formados”, recordó el que fuera por varios años su patrón y amigo.

Así que la vida de Aminta giró en torno a sus dos únicos nietos, quienes hoy tienen 14 y 22 años de edad. Los últimos años de su vida los dedicó a buscar la custodia de su nieta.

“En ese tiempo la niña fue reclamada por los abuelos paternos y desde ahí vino una disputa familiar por la custodia. Eso la mantuvo ocupada por el resto de sus días.”, explicó Jaime.

Como pudo, buscó asesoría jurídica y Aminta fue así como logró que se hicieran algunos memoriales para que le dieran la custodia de la niña.

Sin embargo, recibiría otro golpe, cuando la justicia decidió que  los abuelos paternos, tras interponer un recurso, lograron finalmente que se revirtiera la custodia. Aminta solo podría verla solo los fines de semana.

Un sueño cumplido

Jaime y su esposa, siempre guardaron gratitud hacia Aminta, y fueron ellos quienes lograron unir esfuerzos y darle una vivienda digna que le ayudara a tener una vida más tranquila.

“Dios nos dio la licencia  hace 8 años de poder darle una casita digna. Vivió sus últimos años más tranquila, pues anteriormente vivía en unas condiciones infrahumanas.
Su otro nieto, lamentablemente tomó un rumbo diferente pasó por la correccional y ahora está en la cárcel de Rivera”, relató Jaime a LA NACIÓN.

El hombre, padre de tres hijos recuerda que conoció a Aminta, cuando iba a visitar a quien hoy es su esposa. “Conocí a Aminta, porque ella iba mucho a la casa de mi esposa, nos tomó gran afecto, le propusimos que si quería trabajar con nosotros y ella aceptó”, desde entonces nunca se separó de ellos.

‘La nana ejemplar’

El día del funeral de Aminta, mientras Jaime rezaba en la sala de velación de Emcoserfum, sus tres hijos lloraban a su nana. Pues como reconocen fueron más de 30 años gozando de su compañía, desde que había llegado a Neiva, proveniente del municipio de Alpujarra, en el Tolima.

De su familia poco queda, tan solo le sobreviven tres hermanos Anita, Paulina e Ismael.

Pero sus últimos años de vida los pasó sola en su casa del barrio La Inmaculada a donde pretendía llegar la noche en que la muerte se la llevó, y de la peor manera.

El accidente

La última vez que Jaime, vio con vida a Aminta, fue tres días antes del accidente, pues aunque ya no trabajaba para ellos, nunca dejó de ir a visitarlos.

“Hablé con ella, iba a la casa a visitarnos siempre la atendía, comprendía que ella no tenía mucha gente con la que pudiera hablar, incluso ese día le di unos pesitos para que comprara algo para ella”, rememoró.

Sus allegados la recuerdan como una mujer ‘verraca’, según dicen. Tampoco nunca la escucharon quejarse de dolores y si los tenía, prefería quedarse callada. Lo que sí no podía ocultar era su gastritis. En los últimos años mantenía en control médico.

“El día del accidente estuvo todo el día donde una de sus hermanas, regularmente iba allá, le ayudaba y por la tarde salía para la casa. Iba para misa, no sabemos por qué razón no se bajó frente a la iglesia, de pronto tenía que hacer algo en la casa y se bajó justo allí”, explicó Jaime.

Aminta, vivía en el barrio La Vorágine, en toda la esquina que divide con el barrio La Inmaculada, justo allí ocurrió el fatal accidente.

Las hipótesis
 
Sobre los motivos por los que Aminta se bajó del bus, cuando antes de llegar a la iglesia, realmente no hay nada claro para sus familiares.

“Creemos que ella descendió y seguramente no alcanzó a soltarse por completo del vehículo y fue cuando el conductor arrancó de una sin mirar, pasando por encima de ella. La muerte fue instantánea. Se van a adelantar las demandas pertinentes. Nos llegó información de que el conductor del vehículo intentó huir de la escena, quien al parecer tiene antecedentes por consumo de sustancias”, comentó uno de sus familiares.

Ante esta situación, la familia de Aminta no descarta instaurar acciones legales. Están evaluando jurídicamente las condiciones en que se dieron los hechos y están a la espera de los resultados que entregue el Instituto de Medicina Legal y Ciencias Forenses.

Con dichos resultados esperan ver la factibilidad de emprender una acción legal contra la empresa Autobuses y el conductor que la atropelló.

Pero finalmente, creen que la desgracia que hoy viven es producto de la denominada ‘guerra del centavo’, conductores que en la mayoría de los casos van retrasados con los turnos, en otras simplemente compiten por ganar más dinero.

LA NACIÓN, intentó comunicarse en repetidas ocasiones con la gerencia de la empresa Autobuses, sin embargo la secretaria del área administrativa argumentó que el gerente se encontraba en la ciudad de Bogotá.

Por otro lado la Secretaría de Movilidad de la ciudad, no ha asumido en propiedad el jefe de esa dependencia y por tanto, tampoco hubo pronunciamiento oficial sobre el particular.

‘Aminta era la nana de mis hijos’ 9 18 mayo, 2024
Aminta Guarnizo Llanos, siempre fue una mujer trabajadora.