Lo encontraron debajo de un carro y, tras descubrir que tenía una discapacidad, sugirieron aplicarle la eutanasia. Pero Tata Céspedes luchó por él y le dio una segunda oportunidad de vida.
En un charco, sucio y abandonado debajo de un carro con apenas 10 días de nacido, fue encontrado Angelito, el gato que tuvo una segunda oportunidad gracias a Tata Céspedes, que lo acogió en su hogar y le brindó una segunda oportunidad, a pesar de su discapacidad.
El felino, nació con una condición congénita que afectó su columna vertebral y le atrofió sus patas traseras, que permanecen inmóviles. Pocos apostaban por él.
Incluso, en tres veterinarias le aconsejaron a Tata sacrificarlo. Pero ella no estaba dispuesta a hacerlo, pues veía en sus ojos las ganas de vivir.
“Angelito llegó a mi vida hace seis meses, estábamos en plena cuarentena y yo estaba en el apartamento y los vecinos me avisaron que habían dejado algo tirado debajo de un carro en el parqueadero, entonces yo fui con pañitos húmedos y vi que era un gatico y estaba en un charco y cuando lo estaba limpiando me di cuenta que sus paticas traseras no le funcionaban y supe que tenía una discapacidad”, comentó.
Así que, con ayuda de un veterinario que creyó en este animalito se propusieron rehabilitarlo. Cremas, pañales, masajes y mucho amor, es lo que ha necesitado Angelito para ser un gato feliz.
“Ha sido un proceso de mucho aprendizaje, Angelito llegó a mi vida a cambiarla por completo. Yo lo llevé a varias veterinarias y me decían que lo mejor que podía hacer era que le aplicara la eutanasia, porque no iba a tener calidad de vida, que iba a tener muchos problemas, que lo mejor era sacrificarlo porque sería una carga para mí, un encarte, me dijeron”, contó Tata.
“Por mi cabeza nunca pasó la eutanasia, busqué todas las maneras, me dijeron que no iba a vivir mucho y yo dije no importa, lo que tenga que vivir, yo lo voy a cuidar. Otro veterinario me dio esperanza y me dijo, él tiene bien todos sus órganos, lo único que tiene es que no puede caminar y me dijo que si tenía las ganas lo podía sacar adelante”.
También le crearon una especie de silla de ruedas para que pudiera moverse libremente. Ahora es un gato como cualquier otro, inquieto y curioso.
“Su alimentación es costosa, porque se pueden afectar sus riñones, entonces yo le compro una comida especial, le pongo sus pañales y ha funcionado muy bien. Buscamos maneras para que pudiera caminar. Ya le hemos hecho tres sillitas, una la hizo un vecino con tubos pvc y luego le hicimos otra con medias y unas rueditas y ahora tiene una diferente que le hizo mi mamá y le ha funcionado muy bien”, dijo.
“Angelito es un gato completamente normal, en su mente no hay ninguna discapacidad, él escala árboles con su sillita y todo, es un gato muy sano y feliz”, agregó.
“La eutanasia es la opción más fácil, pero no es la primera, porque no se puede matar a un ser vivo que todos los días te demuestra que quiere vivir y que es valiente. No es tan difícil, no es un esfuerzo mayor, es cuestión de acoplarse, no es imposible, además es mucho más lo que vas a ganar, son enseñanzas a diario, mi vida cambió completamente para bien, así que si se encuentran en una situación como esta no miren el lado más fácil y demos esta segunda oportunidad a estos animalitos que tanto lo agradecen”, finalizó.
