La Nación
¡Ánimo! Jorge Lorenzo Escandón Ospina 1 29 marzo, 2024
COLUMNISTAS OPINIÓN

¡Ánimo! Jorge Lorenzo Escandón Ospina

Jorgito, no has hecho vano tu paso por nuestros días y por nuestras experiencias personales de vida en este peregrinar, en esta historia de la salvación. Confesamos que, en definitiva, eres un gran ser humano, un amigo leal, excelente hermano, buen padre, gran hijo, óptimo maestro, has venido pasando por el mundo haciendo el bien. TÚ mismo reconoces que siempre fuiste bien intencionado en tu administración, tu ciudad educadora fue ejemplar en algunas cosas: la primera de la gratuidad total de la educación, (con premios internacionales) la de la participación comunitaria, ( todavía, los ediles de ese tiempo, la dirigencia comunitaria la recuerdan como la época de oro de la participación) la primera administración de los presupuestos participativos, la de la aplicación de los comités locales de planeación, a comparación de todas las administraciones posteriores y anteriores, ha sido la más trasparente; se te reconoció el mejor Sisbén del país, tu obra de gobierno en ese sector, iniciada en 1998, fue premiada algunos años después en Emiratos Árabes Unidos por la misma ONU, se trataba del proyecto de mejoramiento barrial y de gestión urbana en la comuna 10 que llegó a ser piloto y ejemplo para Latinoamérica. Tu obra también es reconocible en materia de salud y saneamiento básico, otra cosa es que tu obra humana haya sido incomprendida. Me consta que siempre has perdonado con grandeza y desde tu actitud pluralista a quienes tuvieron interpretaciones diversas. Has comprendido Las razones de quienes han hecho sobre todo propaganda negra para tu obra. Has comprendido con alteridad el esfuerzo que algunos hicieron para desacreditar la que trató de ser la administración más humana que pudo tener Neiva. Puedo decir también y después de trabajar hombro a hombro como docente o como colega contigo (te hiciste abogado hace algunos años) que sigues siendo un luchador de la vida, tu único patrimonio actual es la fuerza laboral que ofreces, tus estrategias defensivas, como abogado de pobres; (casi nunca te pagan la cuota litis) sabes que sigues siendo uno de los únicos funcionarios de alto rango que no se enriqueció en el paso por el cargo que ostentaste.
Soy orgulloso de tu amistad, me consta que sigues siendo el mismo, que fuiste el testimonio del “Semper ídem”, en tu paso por el sacerdocio, por la alcaldía, como docente y formador, ahora como abogado, siempre has sido el mismo “manito”, tu señal personal característica la constituye tu vocación desinteresada por el servicio. Nunca has dejado de inspirarnos y aleccionarnos de la mejor manera.
Sigo en deuda contigo, Jorgito, sin embargo, debía expresar algo de toda tu magnanimidad, de tu buena fe e intención. ¡Ánimo! Jorgito, el reto de tus días, y la vocación de servicio no claudican aún de tu parte, Dios restablezca tu salud.