La Nación
Apoyos bizarros 1 26 julio, 2024
COLUMNISTAS OPINIÓN

Apoyos bizarros

Pocas horas después del asedio a la Corte Suprema de Justicia a manos de la gente de Petro, este recibía un extraño espaldarazo (por decir lo menos) desde la OEA, entretanto en Colombia la guerrilla del ELN se sumaba a ese respaldo.

Si bien es obvio que las guerrillas apoyen a Petro, en teoría no resultaría tan fácil de digerir que desde los organismos internacionales se promueva una serie de apoyos tan sospechosos a una presión indebida contra la Rama Judicial proveniente del Ejecutivo y, sobre todo, al hostigamiento (que se está convirtiendo en recurrente) a las instituciones mediante el llamado a su gente como si fueran escuadrones o fuerzas de asalto dirigidas desde la Casa de Nariño.

Pero, dada la falta de memoria, es oportuno recordar que Petro (cuando era Alcalde) hizo algo similar, apelando a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos-CIDH, cuando fue sancionado con la destitución de su cargo y con una inhabilidad de 15 años por el Procurador de ese entonces, Alejandro Ordoñez. La gestión de la ciudad se resumió en convocar a su gente y en salir al balcón del Palacio de Liévano. Aun, muchos bogotanos nos preguntamos ¿y los resultados en gestión urbana?

Ahora, para nadie es un secreto que parte de la estrategia de la subversión en Colombia, y de los sectores radicales en el mundo, ha sido infiltrar y capturar los organismos internacionales tal como pudimos apreciar recientemente con Hamas en la ONU.

Gracias a esta ignorante y grotesca injerencia de la CIDH ha quedado en claro la doble moral de muchas de las actuaciones que se promueven desde niveles supranacionales aun cuando resulten siendo un contrasentido total porque si la Comisión fuese honesta y ponderada tendría que haber condenado el asedio contra la Corte Suprema de Justicia y la incitación que constantemente Petro hace para que su gente salga a atacar a las instituciones, bien sea al Congreso o a la Corte Suprema de Justicia.

Además, porque ahora es la misma guerrilla del ELN (prima hermana del M-19 y las FARC) la que ha salido directamente a decir que “Quizás el estallido social sea la cúspide, pero hay que seguir trabajando. Y en eso estamos de acuerdo con el Gobierno, en que es necesario movilizar y organizar al pueblo, con base en asuntos concretos de las reformas y las necesidades inmediatas”, afirmó alias ‘Gabino’ en un evento de la Universidad Nacional de Colombia.

Este tipo de lujos solo se los da la izquierda, en general, y las guerrillas, en particular. Por una situación análoga, los creadores del “estallido social” montaron un operativo judicial llamado “parapolítica” que llevó a la cárcel a varios miembros del Congreso y a una cacería judicial (como debe ser) contra todas las redes del paramilitarismo.

El tema es que esa misma cacería y la enjundia con la que la Rama Judicial se movió para desvertebrar el paramilitarismo y ponerlo en evidencia, en la opinión pública, a través de los medios de comunicación no ha sido la misma que ha tenido la JEP a la hora de encontrar las redes que las guerrillas han tejido para tomarse el poder en Colombia. Sin embargo, eso no faculta a los extremistas y radicales a legitimar que las instituciones se conviertan en su blanco favorito.

Para terminar, creo que el señor Almagro y la gente de Petro en la CIDH han recibido hace unas horas una respuesta institucional (además de la visita de unos parlamentarios) cuando el Consejo de Estado ha pedido reforzar la seguridad de la Corte Suprema de Justicia.