Total repudió generó entre la comunidad neivana el ataque con una ‘bomba molotov’ a una pareja de esposos en el corregimiento El Caguán. Pero, ¿qué hay detrás del macabro atentado?, ¿con qué regularidad se presentan esta clase de hechos en la ciudad? LA NACIÓN, esclarece la historia. Total repudió generó entre la comunidad neivana el ataque con una ‘bomba molotov’ a una pareja de esposos en el corregimiento El Caguán. Pero, ¿qué hay detrás del macabro atentado?, ¿con qué regularidad se presentan esta clase de hechos en la ciudad? LA NACIÓN, esclarece la historia. CAROLINA AMÉZQUITA CASTRO LA NACIÓN, NEIVA Recluidos en Pabellón que Quemados del Hospital Simón Bolívar en la ciudad de Bogotá, permanecen Hugo Patiño Campo y su esposa Reiny Torres Perdomo, quienes sufrieron heridas en el 60 y 70 por ciento del cuerpo respectivamente, al recibir una ‘bomba molotov’ mientras dormían en su residencia ubicada en el corregimiento El Caguán de Neiva. ¿Cuáles fueron las razones del atentado?, ¿qué intereses se esconden detrás del ataque? LA NACIÓN reconstruye la historia. 
Los esposos Hugo Patiño Campo y Reiny Torres Perdomo, padres de dos hijas menores de edad, residían tranquilamente en el corregimiento El Caguán al sur de Neiva. Entre el trabajo y la familia, ambos luchan día a día por alcanzar sus sueños. El padre, cabeza y motor del hogar, quien se desempeña como mecánico de carros en la ciudad de Neiva, alterna sus labores con la presidencia del a Junta de Acción Comunal, actividad que desarrolla desde hace algún tiempo y que ve como oportunidad perfecta para consolidar una de sus metas, tener casa propia. Según vecinos y conocidos del mecánico, el liderazgo entre la comunidad es una de las cualidades que lleva consigo. “Don Hugo siempre está pendiente de todo lo del barrio, reuniones y actividades que se puedan hacer por el bienestar de todos”, afirmó un habitante del sector. Sin pensarlo, ese afán de ayudar al prójimo y vivir en una comunidad integrada, lo llevaría a vivir la experiencia más difícil y desagradable de su historia. La madrugada del lunes, luego de departir al calor de unas cervezas con sus familiares, la pareja de esposos se fue a descansar a su habitación con las ventanas abiertas, como acostumbradamente lo hacen. “Siempre las dejan así para que les entre el fresco, por eso duermen con un toldillo, para que los zancudos no les piquen”, relató Rosalba Perdomo, madre de la mujer herida. 
Hacia la 1:00 a.m. cuando todos dormían plácidamente, un estruendo alteró la tranquilidad familiar. “Mi esposo se levantó asustado a ver que era, abrió la ventana y miró para la calle, pensando que había sido un accidente”. Sin sospecharlo, el padre tenía la tragedia dentro de la misma residencia. “Cuando llegaba a la habitación de vuelta, venía saliendo de la otra pieza mi hija pidiendo ayuda, prendida en fuego”, recordó la mujer. La ‘bomba molotov’ fue lanzada por la ventana que da hacia la calle por desconocidos y cayó en la cama donde se encontraba durmiendo la pareja, que desde hace 14 años vive en el sector. “Ella tenía la cabeza prendida en fuego, estaba toda pelada pero no gritaba ni lloraba del dolor, solo pedía que le apagáramos el fuego…”. Con su amor de padre y ante la angustiosa situación, el progenitor apagó con sus propias manos el fuego en la cabeza de su hija. “No sintió solo, solo quería que no se quemara, luego fue que vimos las ampollas en las manos”. Lo mismo ocurrió con el hombre, quien también fue auxiliado por sus suegros. Presuntas amenazas A pesar de su buena gestión entre la comunidad, a principios del año 2011 la Junta de Acción Comunal debió afrontar una difícil situación. De 372 familias inscritas en el proyecto de vivienda, 30 debían salir por incumplimiento de los requisitos exigidos por la Alcaldía de Neiva para continuar con la ayuda gubernamental. “No es que la junta les haya quitados los lotes, sino que ellos perdieron el derecho por incumplimiento en los estatutos, personas que no tienen un ahorro programado y debían conseguir, 10, 12 o 15 millones de pesos”, comentó Arnulfo Moreno, integrante de la Junta. Con el panorama claro, las 342 familias que continuaron en el programa. “Eran 372 personas, por requisitos perdidos por la Alcaldía, tocó reducir el grupo y quedamos 342, se eliminaron 30 y para eso se tuvo en cuenta que las personas cumplieran los estatutos y pagos, las que quedamos somos personas que llevamos 8, 10 años con esto”, explicó. Moreno agregó que las exigencias nunca fueron establecidas por la junta sino por la Alcaldía de Neiva, sin embargo, las molestias no se hicieron esperar, a tal punto que recibieron amenazas. “Solo en un ocasión, estábamos reunidos y una líder comunal nos dijo que no siguiéramos haciendo eso si no queríamos amanecer con la boca llena de moscas”, afirmó. Aunque las palabras expresadas por la mujer no fueron puestas en conocimiento de las autoridades competentes toda la comunidad se enteró de lo sucedido. “Lo tomamos como una amenaza directa y lo pusimos en conocimiento de la junta y todos los vecinos. No pusimos eso en conocimiento de las autoridades competentes, pero el presidente de la junta dijo que hacia responsable a la señora de cualquier cosa que nos pudiera suceder”. Asimismo, las amenazas y reacciones quedaron consignadas en el acta de la junta. “Informamos a la Alcaldía, ella se llama Ofelia García y es ex presidenta de la Junta”. Hoy el las familias que habitan la viviendas, ubicadas aproximadamente a dos kilómetros de la vía al Caguán, luchan por legalizar los predios y que el gobierno municipal les ofrezca los servicios de alcantarillado, agua potable y vías. No hay sospechosos Frente al acto delincuencial, el coronel Juan Francisco Peláez, comandante de la Policía Huila, manifestó que avanzan en las investigaciones pero que aún no se tiene indicios de los autores materiales. “Es un hecho terrorista poco usual en la ciudad. Algo tan macabro no puede ser de un delincuente. Estamos tras la pista de los responsables para que paguen por lo que hicieron”. Sostuvo el Coronel. De acuerdo con los registros de las autoridades policiales, durante el 2011 solo se presentó un caso de lesiones por la misma causa. “Fue de la misma forma, le rociaron gasolina y le prendieron fuego”, afirmó.
