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Banco de Alimentos para los más pobres

Con el propósito de ayudar a las familias más pobre de la ciudad, la Fundación Banco Diocesano de Alimentos inicia la campaña ‘Grano a Grano’ Con el propósito de ayudar a las familias más pobre de la ciudad, la Fundación Banco Diocesano de Alimentos  inicia la campaña ‘Grano a Grano’. Llamado a las entidades públicas y privadas para aportar alimentos y se sumen a esta noble causa. LA NACIÓN, NEIVA La Directiva de la Fundación Banco Diocesano de Alimentos  hizo un fuerte llamado a las empresas privadas y públicas a que se sumen a la campaña ‘Grano a Grano’, para hacer posible una ciudad mejor, sin menos hambre. Así lo expresó el sacerdote y director Ejecutivo de la Fundación Banco Diocesano de Alimentos, Jhon Fredy Obando Mejía, quien conoce de primera mano la necesidad alimentaria de muchas familias de la ciudad. “Es importante que conozcan el Banco de Alimentos y también se vinculen a la campaña y nos colaboren, porque es una tarea de muchas personas, que sientan el deseo de colaborar, y nos ayuden con el programa”, dijo. Agregó que no es sólo saciar el hambre, sino que es necesario brindar y agrandar el componente formativo en diferentes áreas, consiguiendo que las familias beneficiarias salgan de la pobreza e indigencia  por sus propios medios. Actualmente a esta iniciativa, liderada por la Diócesis de Neiva, están vinculadas las instituciones educativas, empresas y feligreses. “La idea es que durante un mes se haga la campaña en las casas, en las empresas y en los colegios para recolectar alimentos perecederos, que se entregarán durante el mes al banco de alimentos, para posteriormente ser repartidos”, explicó el sacerdote. A la tarea se han sumado los supermercados de la ciudad, al igual que   Surabastos, Alquería, Arturo Calle, Nacional de Chocolates, Zenú, Pastas Doria, el Centro Comercial San Pedro Plaza, la Cámara de Comercio,   Diario LA NACIÓN, la Diócesis de Neiva,  colegios públicos y privados, entre otros. Entrega de alimentos Los alimentos recolectados durante el mes  irán al Banco de Alimentos donde serán seleccionados y almacenados. Posteriormente, y de acuerdo con las necesidades de las fundaciones y las familias adscritas al programa, entregar los alimentos. “Tenemos afiliados al programa en este momento 600 familias, 26 fundaciones, es un promedio de 1.780 niños  de 0 a 14 años. Adolescente de los 15 hasta los 17 años, son unos 380, asimismo tenemos unos 280 adultos mayores”, agregó Obando Mejía. Mencionó además que las familias necesitadas que se quieran vincular al programa se deben dirigir a sus parroquias o al Banco de Alimentos ubicado en la Calle 23 sur No 5 – 101 Zona Industrial. “La entrega de los alimentos lo hacemos directamente a través de las parroquias y agentes sociales que son quienes nos envían las familias. Algunas llegan directamente al Banco y luego nosotros hacemos un proceso de selección para cercioramos de que sí sean personas que realmente necesiten del programa. Pero cualquier ciudadano puede directamente solicitar la ayuda. La idea no es complicarle la vida a los más necesitados, sino que por el contrario hacer las cosas más fáciles y agradables, que les sea fácil vincularse al programa”, mencionó el Párroco. Principales beneficiados Aunque los necesitados son todas las familias pobres de la ciudad, hay sectores donde se reporta mayor solicitud de ayuda. Barrios como Puertas del Sol, Las Margaritas, Oasis, Los Parques, Las Palmas, Peñón Redondo, en general la periferia y asentamientos, son las zonas que reciben estos apoyos. El Director de la Fundación Banco Diocesano de Alimentos  agregó que “durante la semana, las familias que se van vinculando las vamos programando para que puedan venir a la entrega de los alimentos de la manera más organizada posible, con día y hora establecido. La ayuda no es gratuita, sino que a través de un aporte solidario, que muchas veces es simbólico, que ayuda también al sostenimiento del Banco de Alimentos,  por ejemplo muchos de esos alimentos debemos comprarlos. Entonces, por decir algo, un kilo de arroz, a ellos se les da por mil pesos, los cuales nos sirven para pagar el transporte de ese arroz que muchas veces envían de Bogotá, porque nos sale más barato que comprarlo aquí mismo, debido a que con los productores de acá, no hemos podido conseguir que nos subsidien en esta causa”. Sacerdote y director Ejecutivo de la Fundación Banco Diocesano de Alimentos, Jhon Fredy Obando Mejía. Foto LA NACION