Los familiares han realizado varias jornadas de búsqueda, sin ningún resultado.
Jhon Fredy Arévalo, hermano del desaparecido, le dijo a LA NACIÓN: “Hasta ayer (el lunes) no hemos tenido apoyo ni de la Policía, ni de Bomberos, en la búsqueda, ellos dicen que 24 horas, ya han pasado un día y nada, ahora no tenemos recursos porque la plata la hemos gastado en gasolina para las lanchas y comida para los pescadores que nos han ayudado a buscar a mi hermano”, manifestó.
De acuerdo a la versión de las personas que se encontraban con el hoy desaparecido, era cerca de la 1:00 de la tarde, cuando todos (cinco integrantes de la familia, entre ellos, Juan Carlos Arévalo) se encontraban en el sitio conocido como ‘Puerto del Remolino’ en Fortalecillas y tras adentrarse en las aguas, estas terminaron por sacudir a los bañistas, quienes por sus propios medios salieron del afluente, a excepción de Arévalo quien al no saber nadar fue arrastrado aguas abajo.
“Al principio nos demoramos como 10 minutos metiéndonos uno por uno, recuerdo que él se comenzó a reír, como no sabía nadar, chapoteaba cerca, pero luego pasó una ola que nos arrastró a todos, estábamos cinco, él me cogió el brazo, pensé que no me iba a soltar, pero de un momento a otro vi que se fue”, relató Quimberly Michel Acosta Triana, la compañera sentimental de Arévalo.
De vacaciones
De 1.75 metros de estatura, de tez morena, delgado y de ojos oscuros, es Juan Carlos a quien las ganas de conocer tierra caliente y disfrutar unas merecidas vacaciones le jugó una mala pasada.
Cerca de las 3:00 de la mañana del domingo a la ciudad de Neiva arribó la pareja y el hermano del desaparecido quienes viajaron desde Bogotá con un último destino que era Fortalecillas, donde era oriunda la cuñada de Arévalo.
Juan Carlos Arévalo Hernández, desaparecido.
Con una camisa roja que portaba un estampado en la parte del pecho y una pantaloneta azul oscura, se metió al agua el bañista, inexperto en temas de ríos.
“Intentamos sacarlo, pero el río de un momento a otro como que se creció y se llenó de remolinos”, aseguró la esposa del desaparecido.
Ahora todo es desesperanza en la vida de Acosta Triana, quien se resigna a su destino“La verdad yo ya me resigne. Vamos a encontrar el cuerpo de él, pero él ya no está. Y no sabemos qué hacer, ya todo se nos agotó, todo lo que traíamos nos lo gastamos en las lanchas de los pescadores para que nos ayudaran, para tanquear las lanchas”.
¿Quién era?
Juan Carlos Arévalo trabajaba en una empresa de eventos en la capital de la república, de nombre Show Producciones, él armaba las carpas.
Con Quimberly Michel llevaban viviendo seis meses y tenían planes a muy largo plazo, todo en sus justas proporciones, según la mujer.
“Nosotros vivíamos en Soacha y como aún no teníamos nada él tenía la meta de comprar la nevera de aquí a junio, solo teníamos la lavadora”, relató la mujer, quien constantemente repetía lo que él le decía: “me decía que nunca me iba a dejar sola y mire lo que pasó”.
Al cierre de esta edición solo los pescadores del pueblo, quienes con lanchas han recorrido gran parte del río, tratan de encontrar al joven bogotano desaparecido en aguas huilenses.