Por: Francisco Argüello
Pensé que en Aipe vivían los únicos miopes electorales del Huila, pero en Campoalegre hay ciegos. Y bien ciegos si pretenden elegir nuevamente a Neyla Triviño como alcaldesa, una mujer cuestionada- no propiamente por su particular estilo de hacer política- sino por su soberbia y errores en su pasada administración que rayan en la corrupción.
O, ¿olvidaron los campoalegrunos que Triviño enfrenta un juicio penal en su contra por concesionar a las ‘carreras’ y con una extraña terquedad el alumbrado público de su municipio?, ¿tienen claro que – si no corre con suerte- terminará condenada?
Neyla Triviño- para recordarles- presentó al Concejo de Campoalegre en junio de 2012 un proyecto de autorización de concesión de alumbrado público. 8 de 13 concejales le aprobaron el proyecto, pese a que comprometía vigencias futuras, es decir, otros gobiernos. La Oficina Jurídica de la Gobernación del Huila rechazó esa aprobación. Y envío el proyecto de acuerdo al Tribunal Administrativo del Huila. El magistrado Ramiro Aponte Pino, después de revisarlo detenidamente, el 26 de octubre de 2012 declaró sin validez el acuerdo 012 del mismo año. Es decir, hasta ahí el ‘negocio’ de Neyla estaba frustrado. Sin embargo, ella- quien legalmente debía abortar la idea de la concesión a varios años-, pasó por encima de la Ley y lo adjudicó el 31 de octubre de 2012 (dos meses antes de irse de la Alcaldía de Campoalegre). Hoy, la polémica mujer de las entrañas de La U en el Huila, está enfrentando un juicio oral presidido por el Juez Tercero Penal de Neiva, Jorge Enrique Luna, quien debería avanzar y al menos determinar antes de las elecciones de octubre si Neyla Triviño es condenada o no. Digo que debería avanzar porque la candidata a la Alcaldía de Campoalegre está acusada desde mayo de 2014 y no pasa nada. En la Procuraduría Provincial de Neiva- por la misma investigación- vergonzosamente le archivaron el tema.
Neyla dilatará a la Justicia para prolongar una decisión penal en su contra. En la pasada audiencia no asistió al Palacio de Justicia y envío a Antonio Gutiérrez, su ‘esposo’, el mismo que fue alcalde de Campoalegre, pero terminó fingiendo una separación matrimonial para no inhabilitar a la señora Triviño, quien se lanzó sin sonrojarse a la Alcaldía. En el pueblo, sabían que seguían compartiendo sabanas, pero en el papel estaban distanciados.
Sin embargo- por lo que veo- esa es la política que les gusta a los campoalegrunos porque muchos en el pueblo extrañamente la idolatran y le abren paso a su llegada. El 8 de marzo pasado juntó 1.500 personas en el Día de La Mujer. Y sin convocatoria, me confesó un amigo. Eso sí-me aclaró- que no pose a su lado Antonio Gutiérrez, su marido, porque le detestan y hasta le construyen un nuevo muñeco de año viejo, lo pasean en carretilla y lo queman en la plaza pública como ocurrió años atrás. Por eso, él se está lanzando al Concejo de Neiva ya que en su tierra no lo quieren.
Nota uno: La auditoría de la Alcaldía de Neiva que tengo en mi poder confirmó que en el colegio Ceinar están desaparecidos 293 millones de pesos. Además, antes de 2010 se presentan diferencias considerables entre los saldos que aparecen en certificados de bancos que aparecen en la contabilidad del colegio y los saldos originales que están expidiendo las entidades bancarias. Y un dato más: muchos de los documentos contables antes de 2015 no aparecen. Conclusión: hubo robo y falsificación de extractos bancarios en la institución educativa.