La Nación
EDITORIAL

Cese unilateral

Liberado el general Alzate y sus dos acompañantes, el país centra su atención en dos aspectos de este incidente inesperado: las explicaciones del alto oficial respecto de lo que parece ser un acto intolerable de descuido al exponerse de manera tal que terminó secuestrado incluso sin el uso de armas, y la reanudación de los diálogos de paz en La Habana, interrumpidos abruptamente por obra de este triple plagio. En el primer punto es claro que el general Alzate les debe a sus superiores y al país entero una explicación. El General sabrá claramente el alcance de sus actuaciones ; ello sin descartar que, en aras de la buena fe, pueda justificar ese procedimiento.

Independientemente de estos hechos, el secuestro es una práctica repugnable e inadmisible y que merece todo el repudio.

Además, bajo una responsabilidad atribuible exclusivamente a los secuestradores y no a las víctimas. Ningún ciudadano colombiano o extranjero sin excepción puede ser sometido a semejante práctica. Y más, cuando se negocia la paz, así sea en medio del conflicto armado. Siempre habrá pretextos de ‘enemigos agazapados’ para provocar hechos que puedan generar la ruptura, como ha ocurrido en otros procesos.

Como lo admitió el Gobierno, la negociación en medio del conflicto tiene costos que son difíciles de entender y aceptar”. Y este es uno de esos casos. Superado el trance que puso en el limbo el proceso de paz, debe rectificarse el rumbo, para facilitar la reanudación de las conversaciones.  Eso sí, con la misma agenda y con la posibilidad de agilizar la firma de un acuerdo.

Las Farc propusieron ayer el rediseño de las reglas de juego" de las negociaciones para que "ningún suceso bélico en los campos de combate" justifique una nueva interrupción. Así debería ser. Y las Farc deberían dar el primer paso, no para pactar un cese bilateral del fuego, que el gobierno no acepta. Las Farc, como gesto de paz, deberían unilateralmente declarar la tregua. No solo por la Navidad, como suele ocurrir, sino, hasta lograr un acuerdo. Esa decisión, por lo menos restablecería la confianza del país y alimentaría la esperanza de un pronto acuerdo. Y de paso, despejaría las dudas de sectores que vienen apostándole a la guerra y a hechos que puedan enturbiar ese acuerdo.

La liberación del general Alzate y sus compañantes, debe marcar una nueva ruta para agilizar los diálogos y firmar el acuerdo. Actos de paz, es lo que necesitamos para comenzar un año nuevo, lleno de paz.  

“Las Farc, como gesto de paz, deberían unilateralmente declarar la tregua”.

Editorialito

La Fundación Tierra de Promisión entregará hoy el premio al joven escritor antioqueño Jacobo Cardona Echeverri, ganador de la  bienal internacional de novela ‘José Eustasio Rivera’ con la obra, ‘Las vidas posibles’. Felicitaciones.