La Nación
Clima: poder de inocencia social y derecho a la vida 1 26 julio, 2024
COLUMNISTAS OPINIÓN

Clima: poder de inocencia social y derecho a la vida

La alteración climática, afecta toda la superficie terrestre. Los registros climáticos del presente siglo, evidencian tendencia aguda de crecimiento constante, igual que sus efectos. Las causas   que originan el fenómeno, están plenamente identificadas y hay certeza que pueden ser controladas y revertidas progresivamente, si se asume la responsabilidad de proceder, de acuerdo con la amenaza y los recursos necesarios.

El mayor obstáculo, para controlar y revertir las causas, del calentamiento climático, radica en la incidencia que tienen, la aplicación de las acciones requeridas, sobre la rentabilidad de ciertos procesos productivos, industriales y comerciales, en las condiciones que se desarrollan hoy. La contundencia y progresividad de los efectos climáticos, demandan asumir responsabilidades para tomar y desarrollar decisiones, capaces de superar las causas que los originaron y dinamizan.

No controlarlas y eliminarlas, con la responsabilidad que se requiere, implica sacrificar   la calidad y la vida misma, en aras del consumo y la acumulación de riqueza. Racionalmente no hay cómo justificarlo.  Hay certeza del efecto determinante, en la generación del problema climático, generado por el consumo de recursos fósil.

El consumo promedio de 100 millones de barriles diarios de petróleo, transformados en carburante motor (80%), y en otros derivados, es generador neto de CO2 y difusor de calor a la atmósfera. La producción de energía eléctrica global, 50% es a base de carbón. Es un proceso, entre los mayores generadores de CO2 y de utilidades.

Alrededor del 80% del consumo de energía en el planeta es de origen fósil.  Carbón y petróleo, son los mayores generadores de gases de efecto invernadero. Crece exponencialmente el uso de medios automotores a base de carburante fósil.

Son hechos ciertos, que pasan inadvertidos para la mayoría de ciudadanos e ignorados caprichosamente por los beneficiarios de esas industrias. No por eso deja de cumplirse la Ley Cero de la Termodinámica, ni el efecto invernadero, determinantes del problema climático.

Parece que estos aspectos vertebrales del problema, no fueron analizados pormenorizadamente en el COP21, ni hubo compromisos concretos, de parte de los países que dominan la industria automotriz y/o la de recursos fósiles.  Para no superar los supuestos 2°C de la temperatura media planetaria y lograr emisiones cero, de CO2 en 2050, como lo mencionaron en el COP21, es imperativo sustituir radicalmente la producción de vehículos a base de carburante fósil, por vehículos eléctricos o a base de hidrógeno y sustituir la generación eléctrica a base de carbón, por energía de fuentes renovables. China comienza a hacerlo.

Bajo el modelo e imperio de la rentabilidad y acumulación de riqueza y capital, del modelo económico dominante en el planeta, hasta hoy, son objetivos difíciles de alcanzar, pero no imposibles. Se requieren decisiones de fondo, de todos los actores responsables del problema. De todos los gobiernos, empresarios y ciudadanos del planeta. Se sabe qué medidas y qué procedimientos deben adoptarse y desarrollarse, para revertir el problema. Falta tomar y ejecutar decisiones, por parte de todos los gobiernos del planeta.

Los países en desarrollo, afrontan mayor dificultad para soportar y adaptarse a los efectos de la alteración climática. No obstante, hay condiciones de contribuir con la solución. Las debe definir y activar el Estado.

Todas las naciones pueden y deben contribuir.  Pueden contribuir en la solución, si adoptan políticas de estado, que correspondan a la esencia y magnitud del problema y la reversión del problema. Los planes de desarrollo de todos los gobiernos (alcaldes, gobernadores y presidentes), deben contener compromisos concretos, para enfrentar el problema climático. Pero muy poco o nada incluyen en tal sentido, ni en la formación académica y ciudadana.

La sequía afecta la producción y costo de alimentos, la salud y el abastecimiento de agua potable. Colombia se precia de ser país privilegiado en recursos hídricos.  Pero si no se protegen y utilizan racionalmente, bajo estricto de rigor técnico y racionalidad consumista regulada, los ciudadanos tienen que afrontar y padecer la sequía y el desabastecimiento, como lo estamos sintiendo, en el presente.

Resulta curioso que si con 60 metros cúbicos por segundo, se puede abastecer, a toda la población colombiana (50 millones), en los veranos, más de medio país esté sometido a racionamiento y desabastecimiento. A manera de ejemplo: solamente los ríos y quebradas que descienden de la Cierra Nevada de Santa Marta, a caudal mínimo, pueden rendir ese volumen. Igual ocurre con todas las estrellas fluviales nacionales, entre otras Chingaza.

El gobierno debe adoptar políticas de estado, sobre uso de recursos hídricos, infraestructura hidráulica, proyectada, no solamente para el abastecimiento tradicional, sino, también como reservas para uso emergente y uso agropecuario. Es parte de la respuesta y adaptación cívico-social, ante los previsibles problemas de reducción de disponibilidad de agua por efectos del problema climático.

Son decisiones tan importantes o más, que la solución del conflicto socio-económico-político nacional. Produce hilaridad y da grima, escuchar la verborrea repetitiva, por esta época, de tantos jefes de gobierno, entre otros, tratando de demostrar responsabilidad social y política y justificar el racionamiento del consumo de agua, para consumo humano.  Pero ni por equivocación, plantean y definen soluciones previsibles, para el mediano y largo plazo.  Esto es muy grave.

La protección del medioambiente y el uso racional de los recursos naturales, igual que la formación del ciudadano, para que responda por la responsabilidad de vivir, debe ser parte integral de la formación de cada ciudadano, desde el Prequinder, hasta los postdoctorados. Desde que la educación formal se convirtió en mercancía para obtener ganancias, quedó sometida al arbitrio de comerciantes de la educación. Esta la causa fundamental de la pésima calidad, en todos los niveles, reflejados inequívocamente en los resultados de las pruebas saber 11 y saber Pro (Ecaes), en las que más del 50%, obtiene resultados por debajo del 50% del máximo a lograr, similar a los resultados de siempre, en las Pruebas Pisa, en las que Colombia, siempre ocupa las Últimas posiciones.

Todo ciudadano del mundo y de Colombia, debe saber y entender, cómo debe proteger el medioambiente y quiénes son los mayores responsables de los problemas ambientales que afectan la calidad de vida, de todos los seres vivos.

Las naciones en desarrollo, aunque la contribución a la degradación del medio ambiente, es muy bajo, en comparación con las naciones desarrolladas, son victimas de los efectos climáticos, en alta proporción. La contaminación ambiental no tiene límites terrestres.

Los gobernantes deben saber y entender los alcances de la amenaza climática. Y deben saber qué función de control ambiental ejerce la vegetación, con la absorción de CO2, a través del proceso de fotosíntesis permanente. Y eso mismo se les debe enseñar a todos los estudiantes, desde el kinder.

Esos conocimientos y el desarrollo de conciencia social y su aplicación, deberían desarrollarla los gobernantes, mediante leyes de estado junto con la necesidad de conservar la vegetación y, en consecuencia, proyectar y desarrollar en la correspondiente jurisdicción de su mandato, lo máximo posible de reforestación, específicamente en las subcuencas y rondas de las fuentes de aguas superficiales. Nada de esos ocurre.