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Colombia, árbol que envejece…

Fue Marianne McQade la fundadora del Día Nacional de los Abuelos en Estados Unidos en reconocimiento a las contribuciones realizadas por los mayores a lo largo de la historia. En Colombia la celebración tiene lugar la cuarta semana del mes de agosto. Sin duda el peso específico de la población mayor se acentúa en el mundo de hoy. El caso colombiano merece especial mención debido a que la población en el país envejece a paso acelerado, al punto que mientras el proceso tardó 116 años en Francia y 69 en Estados Unidos, en Colombia ha tomado escasos 26 años.

Según las proyecciones de The Challenge of Global Aging, entre 2010 y 2036 las personas mayores de 65 años pasarán de representar el 6% a representar el 15% de la población total de Colombia. En el año 2013 existían 4.964.793 personas con más de 60 años de edad. El índice de envejecimiento, es decir la relación entre las personas mayores de 60 años y las menores de 15 años, demuestra que ha habido un notable aumento desde 1951 al pasar de 12 a 41,5 personas mayores por cada 100 jóvenes.

Lo preocupante es que en el país no se ha trabajado suficientemente en la definición y aplicación de políticas de tipo social y económico orientadas a las personas mayores. El 48% de los adultos mayores se encuentran sumidos en la pobreza y tienen que afrontar serios problemas de acceso al sistema de salud, a pesar de ser éste de carácter universal. Según la CEPAL, en Colombia apenas una de cada cuatro personas mayores de 60 años tiene el beneficio de una pensión; debido a la baja tasa de cotización entre la población empleada, un 30% del total, la situación tiende a agravarse.

La educación, factor decisivo en la sostenibilidad de la población mayor, arroja datos preocupantes. Según el Dane, el 54% de la población mayor de 60 años solo alcanzó el nivel de educación primaria y menos del 10% terminó la secundaria, mientras más del 20% no posee grado alguno de escolaridad. Se señalan como principales causas de muerte entre las personas mayores de 60 años, en orden descendente: infartos cardíacos, enfermedades cerebro-vasculares, complicaciones en vías respiratorias, hipertensión arterial y diabetes, todas estas dolencias, en la mayoría de los casos, prevenibles o modificables en cuanto a su desenlace.

Desafiar con éxito los enormes retos que atañen a la población mayor en Colombia, requiere –puntualiza el investigador javeriano Carlos Cano- de una reingeniería aplicable a las políticas públicas cuyo objetivo único sea la de ser garantizar un envejecimiento digno y justo a los colombianos.