Froilán Casas Ortiz
La calidad no se improvisa, es producto de un largo camino de ensayo y error; de donde más se aprende es de los errores, solo la persona inteligente los sabe descubrir, pues reconocer el error es ganar la verdad. El terco y autosuficiente que cree que se las sabe todas, resulta un pozo de desaciertos. La vida es una continua escuela y es sabio quien aprende de ella. El sello de la calidad no lo da una etnia, un partido político, una universidad, un apellido, una región, lo da tu tenacidad y constancia en luchar por causas nobles. No seas rastrero, piensa en grande, la grandeza no la da tu dinero, tus conocimientos, la da tu porte, tu conducta. Admira, pero admira lo bueno; no te fíes de los tristemente célebres, estos son más débiles que un pétalo de rosa. Recuerda: no todo lo que brilla es oro; hay mucho maquillaje en la vida, cuídate de personas ruidosas y agresivas, ellas son un fastidio para el espíritu. El pillo, el bandido tienen su cuarto de hora, pero un día les llega la cuenta de cobro, ésta no la expide el más lejano, puede estar a tu lado, aquél a quien tenías como amigo, tu compinche que no quedó satisfecho con el reparto es el primero en traicionarte. No te dejes impresionar por el charlatán, tiene unas habilidades similares a las que tienen los encantadores de serpientes, su música es arrulladora, pero cundo estás dormido viene el zarpazo y te devora. Una vida cultivada es presagio de una vida exitosa. Forma a tus hijos en la disciplina y en las carencias, éstas son un acicate para superar las dificultades. El que ha sido criado en una vida muelle, no conoce las fatigas del otro, suele ser desconsiderado, agresivo y desagradecido con quien más le ha dado. No seas chauvinista: la región no te da el sello de la calidad, la calidad es intrínseca a la persona y al producto. Una persona de calidad da frutos de calidad. Deja de defender a tu país o a tu región per se. La calidad es una conquista diaria, un deportista no deja de practicar su deporte cuando ha obtenido el triunfo, éste es un reto para seguir luchando por mantenerse en la posición alcanzada. No compite con los demás, compite contigo mismo. Deja de ser envidioso, los demás tienen todo el derecho de progresar y alcanzar sus metas, admira su esfuerzo y capacidad de trabajo. No discutas con el que nada tiene que perder, excúsame traer a colación esta frase de la sabiduría popular: “Al bagazo poco caso y al cagajón poca atención”. Ordinariamente quien hace mucho ruido, tiene pocas nueces. Los frutos son la muestra evidente de la calidad. Los escritos por sí solos no evidencian la calidad, ella se traduce en la calidad del servicio. La evaluación continua es el arma más eficaz para mejorar la calidad, hazte con frecuencia un examen de conciencia y censúrate cuando no actuaste con calidad, por favor emprende un plan de mejoramiento. Fíjate plazos y evalúalos. Ponte en paz con tu conciencia.