La Nación
Compromiso de todos 1 19 mayo, 2024
COLUMNISTAS OPINIÓN

Compromiso de todos

María Consuelo Plazas Serrato

El tema de la contaminación se ha convertido no solo en uno de los ejes centrales de las discusiones de diversos gobiernos y organizaciones sociales alrededor del mundo, sino en un verdadero problema que sin duda demanda atención y soluciones prontas y eficaces.

Dentro de los muchos contenidos que se encuentran al interior de tan trascendente asunto el plástico, sus usos e impacto medioambiental ocupan destacado lugar. De acuerdo con la National Geographic “cada año acaban en el océano unos ocho millones de toneladas de plástico, un material que puede tardar siglos, o más en desaparecer”.

Sobre este asunto la semana pasada se aprobó en el Senado de la República la iniciativa que prohíbe “el uso de pitillos, vasos y platos desechables y otros elementos de poliestireno de un único uso en San Andrés, Santa Catalina e Islas Menores y la reserva de la biósfera SeaFlower de 350 mil kilómetros cuadrados”. En ese orden la industria de plásticos deberá examinar otras opciones de materiales biodegradables amigables con el medio ambiente encaminadas  a reducir  tan grave problema ambiental.

De acuerdo con la ONG ambientalista Greenpeace en Colombia la contaminación por plástico es verdaderamente inquietante. Sobre el particular destaca que “cada colombiano consume aproximadamente 24 kilos de plástico al año, lo que se refleja en 1.250.000 de toneladas para el país en su totalidad”.  Pero más grave aún si se tiene en cuenta que “los ríos Magdalena y Amazonas se encuentran entre los 20 más contaminados por plásticos en el mundo”.

A pesar de tan alarmante realidad, fuerza examinar el resultado de la Encuesta Anual Manufacturera del año anterior realizada por el DANE la cual puso de presente que la industria del plástico genera el 7,8% de todos los empleos del sector industrial del país.

En estas condiciones cabría preguntarse si realmente la solución frente a la contaminación es la eliminación del uso del plástico o si, por el contrario, se haría necesaria una regulación innovadora y sostenible en la que se mitiguen los efectos dañinos de la disposición final de los desechos plásticos pero que a su vez no se ponga en riesgo tan importante industria.

A lo que podría agregarse que independientemente de las regulaciones frente a su producción y uso, la verdadera y definitiva solución sería la de fomentar una cultura ciudadana mediante campañas pedagógicas frente al manejo de los desechos y el cuidado de nuestros recursos naturales. En nosotros radica, entonces, el compromiso de asumir el reto de adoptar un comportamiento ambiental responsable. No le demos más largas al asunto.