La Nación
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Confusión en la seudoizquierda. Parte I

En los procesos electorales, los derrotados no admiten que la pérdida se debe a fallas de su movimiento, ya sea por errores estratégicos, descrédito o propuestas inocuas; en las elecciones del pasado 25 de octubre la candidata Clara López representante de la mal llamada izquierda, adujo que su derrota se debió a la estigmatización de su grupo y al machismo que todavía impera, negando que el factor principal del fracaso radica en graves fallas, propias de este movimiento desde tiempo atrás; entonces cuando no se reconocen los errores ni existe la autocrítica no es posible introducir correctivos. De otra parte Pacho Santos manifestó que se sentía tranquilo porque se impuso la pulcritud, que el uribismo priorizaba, cuando la realidad es que se presentó una estruendosa derrota pues se ufanaban de tener apoyos de más de 60% y obtuvieron un decepcionante resultado, alrededor de 10%, en promedio.

Son varias las falencias de la seudoizquierda, tal es el caso de la falta de identidad, no existe un programa de partido, ni un estudio previo sobre sus candidatos, de ahí las pésimas escogencias de los alcaldes capitalinos, Garzón terminó apoyando a Uribe y a Santos, Moreno de estirpe conservadora y además corrupto, Petro buen congresista, mal administrador y autoritario, estos dos últimos descendientes de la Anapo, movimiento de tendencia burguesa. Otra característica ha sido el divisionismo por asuntos burocráticos o liderazgos, fruto del caudillismo propio de los diferentes subgrupos, y al estilo de los partidos tradicionales su labor principal es electorera, el caso más diciente se produjo cuando Carlos Gaviria obtuvo un 24% en las elecciones presidenciales de 2006, pero se ausentó del país por un año; como la coyuntura no se aprovechó y por el abandono de las bases, en el año 2010, con Petro como candidato la cifra se redujo a 9%, esto no mereció un análisis, aún estamos esperando una explicación a esa penosa derrota.
 
La dirigencia se ha aislado de sus militantes, en varios casos los ha utilizado y tratado con arrogancia; hace algunos años conformamos la denominada Línea Popular del Polo, grupo de análisis, debate y propuestas, participamos en el segundo Congreso del PDA, colaboramos en procesos electorales e hicimos observaciones sobre algunas fallas de política social, en especial por la alta dosis de asistencialismo; por supuesto que en nada se pudo incidir, al contrario no obtuvimos respuesta alguna. Este grupo se desintegró, no tenía sentido convertirse en un simple sector electorero cuya función central es garantizar y suministrar cierto número de votos a la dirigencia del partido.
*rodovaldi@hotmail.com