La Nación
Conociendo el punto límite 1 26 abril, 2024
COLUMNISTAS OPINIÓN

Conociendo el punto límite

Por: René Jiménez Cobos

Generalmente un soldado es preparado para resistir la presión, pero toda persona tiene un punto límite especialmente cuando es maltratado, golpeado, abusado o cuando cae enfermo.

Pero cuando todas las cosas le salen bien y todo marcha sobre ruedas, las personas piensan que él tiene el control e incluso hay gente que ha dicho: “yo no necesito de Dios” o no necesito de nadie.”,

Esto puede suceder hasta que se agrega un poco de presión a su vida. Puede llegar el resultado de un examen, un diagnóstico médico que no es bueno y entonces, pierde el control y con la incertidumbre de lo que vendrá después. Las consecuencias pueden ser graves, internado en un hospital, conectado a una máquina, pocas esperanzas de vida y en medio de todo esto, comienza a pensar o decir: ¡¡Entonces no soy tan fuerte como yo pensaba!!

Muchas veces Dios permite que una persona llegue a este punto máximo de sus fuerzas, para que reconozca sus límites, los cuales no puede traspasar. Y cuando llega ahí, se da cuenta de su vulnerabilidad. Esta situación puede traer a la persona confusión, el no confíar en los demás, puede volverse silencioso, inseguro o puede sentir impotencia, y cuando está a solas llorar amargamente, porque perdió la valentía, perdió el coraje, sus hijos enfermos, su ser amado partió con Dios, no hay dinero, no hay comida, le fallaron sus amigos, nadie se acuerda de él, la gente que ayudó le ha dado la espalda, en fin.

Finalmente se quiebra, viene un periodo de confusión, de interrogantes, después de todo no soy tan fuerte, tal vez no debería haberme casado, tal vez no debí tener hijos, o no soy tan bueno, tal vez Dios no es tan poderoso como dicen, quizás no debí haber aceptado ese trabajo, y comienza a vivir en un mundo de interrogantes ¿por qué? porque perdió el control de su vida. Como consecuencia, trata de llenar ese vacío con cosas que no le satisfacen, o busca refugio en las drogas, en el alcohol, o tal vez negociar sus propias convicciones, porque se agotó toda la capacidad de resistencia natural.

La Biblia dice: en Mateo 5:4 “Bienaventurados los que lloran, porque ellos recibirán consolación”. En estos momentos difíciles lo único inteligente que podemos hacer es clamar a Dios. Siempre hay una salida, aunque a veces no la veamos, esa salida está en Dios, pues su Palabra en 2ª de Corintios 4:8-9 dice: “Nos vemos atribulados en todo, pero no abatidos; perplejos, pero no desesperados; perseguidos, pero no abandonados; derribados, pero no destruidos”.