La Nación
EDITORIAL

Contrabando, la otra amenaza

Después de varios años de insistir, el Congreso acaba de aprobar un proyecto para prevenir, controlar y sancionar el contrabando, el lavado de activos y la evasión fiscal. Sin duda, el nuevo marco sancionatorio es una herramienta para enfrentar un fenómeno creciente que le quita al país $2,5 billones anuales.

El contrabando constituye una gran amenaza para la seguridad y la estabilidad nacional, financia grupos al margen de la ley; estimula la competencia desleal, fomenta la corrupción y estimula el fortalecimiento de una mafia poderosa, nacional y trasnacional, amén de los efectos que genera en los sectores afectados con estas prácticas.

La iniciativa crea el tipo penal de fraude aduanero y contrabando para atacar principalmente al lavado de activos. También tipifica contrabando técnico, relacionado con la subfacturación o sobrefacturación de mercancía, utilizados por las grandes empresas para evadir impuestos o legalizar capitales mal habidos. Adicionalmente, crea una comisión interinstitucional para coordinar las operaciones contra el contrabando, el comercio ilícito, fraude aduanero y la defraudación fiscal. Una tarea que no será fácil, en un país que ha crecido con esta cultura ilegal, en medio de la informalidad. El contrabando impacta la economía con grandes repercusiones en materia de seguridad nacional, orden público y la productividad del país. Las grandes mafias del narcotráfico, comenzaron con el contrabando.

Según las estimaciones oficiales y gremiales anualmente ingresan al país 400.000 toneladas de arroz de contrabando con un impacto de US$540 millones para la industria molinera.

El 20% del mercado de cigarrillos es de contrabando. Los departamentos dejan de recibir $100.000 millones en rentas.
El 54% de las importaciones de confecciones entra bajo contrabando técnico; el24% del mercado de calzado es ilegal. El 30% del mercado de aceites de cocina ingresa ilegalmente (100 mil toneladas). Se calcula que ingresan clandestinamente al mes 1.500 toneladas de pollo y 800 mil toneladas de huevos diarios. Esto representa una pérdida de $72.000 millones anuales, según Fenavi.

Además, 30.000 barriles diarios de gasolina y acpm ilegales se venden en el país. Se pierden $752.000 millones al año en tributos.  Otras 50.000 toneladas de azúcar ingresan de forma ilegal al año, un impacto para la industria de $16.000 millones.

El contrabando es utilizado por las estructuras del crimen organizado, las bandas criminales, organizaciones guerrilleras, narcotraficantes y otras redes delictivas de ‘cuello blanco’ para lavar activos, financiar acciones terroristas y alimentar el conflicto armado. De hecho, estas redes promueven también el comercio ilícito de armas, municiones e implementación bélica, con enormes dividendos.

La mayoría de estas ‘conductas perseguidas’ contribuyen a un menor recaudo de los tributos destinados a la Nación y a los departamentos, afectando gravemente las finanzas públicas, debilitando la estructura productiva del país y generando factores de perturbación. ¿Temblarán las mafias de cuello blanco?
 
“El contrabando constituye una gran amenaza para la seguridad y la estabilidad nacional…”
 
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