Los 200 niños de Primaria que asisten al plantel comen sus alimentos en medio de nidos de murciélagos, los pisos de los sanitarios se hunden porque las redes del alcantarillado colapsaron y la única cancha para jugar, la de La Rebeca, es guarida de consumidores de sustancias sicoactivas. Los 200 niños de Primaria que asisten al plantel comen sus alimentos en medio de nidos de murciélagos, los pisos de los sanitarios se hunden porque las redes del alcantarillado colapsaron y la única cancha para jugar, la de La Rebeca, es guarida de consumidores de sustancias sicoactivas. LA NACIÓN, NEIVA Estudiar en la escuela Los Lagos que pertenece a la Institución Educativa Departamental, es una osadía para los 200 niños que a diario reciben clases. Allí en medio de murciélagos, sanitarios viejos, puertas de salones caídas, inseguridad y conviviendo con las alcantarillas internas de la sede rotas, los pequeños que residen en los barrios Los Lagos, Efraín Rojas Trujillo, Las Palmas y Galindo, todos los días reciben sus clases en medio de tantas fallas físicas, sin que las autoridades se pronuncien. Para las maestras y directivas de la sede escolar, trabajar bajo las condiciones en las que se encuentra la escuela, que según ellos, representa peligro porque en cualquier momento los techos van a colapsar, las alcantarillas se reventarán o un pequeño puede ser mordido por un murciélago. “La escuela tiene toda clase de fallas físicas que se presentan hace varios años, y como no hay recursos económicos los daños crecieron, las autoridades no se reportan y así no se ofrece educación con calidad”, dijo la coordinadora Lely Polanía. Para ella, la crisis de la institución empieza por los sanitarios, las 10 baterías están dañadas, el piso donde se ubican se hundió debido a que las redes del alcantarillado colapsaron, entonces las aguas negras salen por las baldosas. La coordinadora dice que las tuberías de las aguas negras son muy antiguas y ya cumplieron su ciclo. “Eso hace que los baños permanezcan con malos olores y haya infecciones”. Restaurante escolar Lo más preocupante en el plantel es que el restaurante escolar donde desayunan todos los días los niños, queda en un rincón de la sede en medio de la humedad, los techos están rotos, las ventanas de los sanitarios quedaron frente a las mesas y lo peor, hay un nido de murciélagos. “Esto es el colmo, los niños están desayunando y los murciélagos vuelan sobre sus cabezas, ellos no hacen sino taparse la cara, es miedoso, algunos gritan del miedo”, acotó la profesora Ana Belly Roa. Según la maestra, la presencia de los animales puede producir enfermedades infectocontagiosas. “Todo el día están pegados de las paredes y cuando ven que el salón se llena, entonces vuelan por todas partes”. La maestra recalcó, que algo que no tuvieron en cuenta los constructores del restaurante escolar es que los baños quedaron al lado del comedor, generando en los desayunos molestias por los malos olores. A los daños de la escuela se suma que no tienen cancha deportiva, y la única cercana es la que se encuentra en el parque La Rebeca, pero está se llenó de maleza y es refugio de personas que consumen sustancias alucinógenas. Los maestros dicen que la administración municipal debería arreglarla y cederla para que los niños tengan su propia cancha.