La periodista española Salud Hernández, recientemente se refirió a la posibilidad de que en Colombia estemos transitando por un burbuja económica, dados los incrementos desproporcionados del precio de los arrendamientos y el metro cuadrado, especialmente en Bogotá y otras ciudades importantes; afirma que en sectores de estrato alto, arriendos de dos millones y medio de pesos se treparon a seis millones en el lapso de dos años y que en algunos restaurantes se cobran cifras astronómicas; dichos guarismos son superiores a los cobrados en sitios exclusivos de Nueva York o Sao Paulo; también hace una comparación con lo ocurrido en España en los años previos a la crisis inmobiliaria, aspecto que ha tenido postrada su economía desde hace más de cinco años.
La economía capitalista por la falta de una planeación efectiva de mediano y largo plazo se desarrolla en forma de ciclos, es decir tiene períodos de expansión que cuando se suspenden viene la crisis y le sucede una fase de contracción hasta que se produce la recuperación. La duración de las fases de expansión y contracción no se puede predecir, lo cierto es que no son indefinidas. La crisis más conocida a nivel mundial es la ocurrida en octubre de 1929, después de un período de expansión económica de más de diez años, el período de contracción conocido como la Gran Depresión duró unos quince años, pues solamente vino la recuperación después de 1945.
En Colombia aproximadamente en 2004, después de un período de recesión de ocho años con motivo de la crisis de la construcción se inició una etapa de expansión de la finca raíz, de tal forma que el crecimiento del valor del metro cuadrado ha estado por encima de la inflación, años tras año. Este ritmo de crecimiento de precios y ciclo expansionista no será indefinido, la magnitud de la crisis y la próxima recesión dependerá del nivel de sobrevaloración que alcance la finca raíz.
FEDELONJAS niega que se esté presentando una burbuja y que todavía existe tiempo y espacio para la expansión, lo cierto es que dichos aumentos exagerados, junto con el incremento del crédito de consumo (libre inversión, vehículos, etc.), sin las garantías suficientes puede conducirnos a una crisis, que sería un agravante en la explosiva situación social que padecen varios sectores económicos.
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