El pasado viernes 17 de mayo, Rivera cumplió 70 años de haber sido erigido como municipio mediante la ordenanza 04 del año 1943, pero la fecha paso sin pena ni gloria como cualquier día de trabajo, con el anuncio oficial que más adelante se hará una conmemoración como lo merece el municipio y sus gentes. Pero todos los cumpleaños celebrados extemporáneamente dejan un mal sabor de improvisación, descuido y poco aprecio.
No han sido fáciles esos 70 años de vida municipal para Rivera. Desde sus primeros momentos debió soportar la violencia, primero la liberal/conservadora y luego la guerrillera, paramilitar y oficial, que fue dejando regados sus muertos en los 435 kilómetros cuadrados de área municipal. Hoy se tiene una larga lista de líderes políticos, sociales y comunitarios sacrificados en el altar de los fanatismos ideológicos y los odios sectarios de quienes quieren barrer a sus adversarios políticos. Mencionemos aquí a mártires como Humberto Santana, Cenón Fernández, Ramiro Fierro, Rosa Arias, Alfonso Puentes, Federico Hermosa, el alcalde cívico Luis Humberto Trujillo asesinado el 9 de agosto del 2005 y los 9 concejales masacrados el 28 de febrero de 2006 mientras sesionaban en el restaurante Los Gabrieles.
Hasta los comienzos de los años 80 el municipio se mantuvo como un patriarcal pueblo rural pero desde ese momento comenzó su rápida transformación en zona suburbana de la ciudad de Neiva con el desarrollo de la agroindustria avícola, las factorías de procesamiento piscícola, las fabricas de concentrados para aves, ganado, cerdos y peces, el frigorífico Ceagrodex, las fincas de recreo y descanso, los nuevos barrios urbanos de quienes trabaja en Neiva pero prefieren tener su residencia en Rivera por lo atractivo del clima, la exuberancia de la naturaleza y la hospitalidad de sus habitantes. También se convirtió en sede de algunas de las mejores instituciones educativas y sociales del departamento como el Club Campestre, el Colegio Cooperativo Campestre, el colegio Colombus American School y la Escuela Tecnológica de Neiva Jesús Oviedo Pérez. Las aguas termales en la vereda Aguacaliente, unido a la benignidad del clima, la abundancia de fuentes hídricas y la riqueza en flora y fauna, lo han convertido en uno de los más importantes atractivos turísticos del departamento con el surgimiento de balnearios, hoteles, restaurantes, discotecas que hay son una importante fuente de ocupación para sus habitantes.
Estas rápidas transformaciones económicas, sociales, demográficas y culturales se han dado espontáneamente y sin una adecuada planificación generando infinidad de conflictos en el uso de sus suelos, en la protección ambiental y en la salud de sus habitantes. Rivera tienes inmensas potencialidades para convertirse en uno de los mejores vivideros del Huila, pero necesita una administración moderna y con visión prospectiva que la oriente en su camino al progreso.