La Nación
De falsas pruebas y de falsos probos 1 26 abril, 2024
COLUMNISTAS OPINIÓN

De falsas pruebas y de falsos probos

Por: José Joaquín Cuervo Polanía.

Sigue siendo un índice de subdesarrollo la falta de innovación, de tecnología, de análisis. Eso fue lo que demostró el presidente Duque ante la comunidad internacional, las falencias y debilidades en estas materias, las cuales se reflejan en no diferenciar entre ideología y ciencia. Otro oso de Duque ante la ONU que nos revela como un país con graves crisis pero muy poco serio.  ¿Y qué otra cosa se puede esperar? Ex presidentes invitando a falsos testimonios, fiscalías con carteles de falsos testigos, sobrevaloración de los testimonios como pruebas absolutas y definitivas, énfasis en la consecución de confesiones  al precio que sea: El camino más fácil y mediocre para conseguir condenas. La debilidad probatoria en los procesos penales torna cada vez más injusta la privación de la libertad. Ya vendrá mucha responsabilidad para el Estado.  ¿Quién va a reconocer que la inteligencia del Estado es mediocre, folclórica y frijolera? Que ni la Fiscalía, ni la inteligencia del Ejército y la Policía son un ejemplo de  virtud en la aplicación de las reglas probatorias y la utilización de los mejores medios para anticipar las situaciones delictivas, para prevenirlas.  El ministerio de la defensa es el peor de los ministerios en materia de inteligencia en los últimos años.  Y lo peor, un Estado gendarme cuando exige contundencia y efectividad  más que garantísmo,  produce desde la práctica del derecho penal del enemigo una hegemonía en la persecución irreflexiva: prácticas de cero tolerancia, de sólo sospecha a todo ciudadano, falsos positivos y destrucción de las garantías constitucionales.  No se ha fraguado el tema de afrontar que existe y debe actuar el derecho fundamental a la prueba, no solo por el novedoso fenómeno de constitucionalización del proceso, sino por casos concretos que han impulsado serias reformas.

Inteligencia de aguapanela la que asesora al Presidente y a la Vicepresidenta de los colombianos, a sus ministros  y a sus superintendentes en el ámbito  no solo judicial sino administrativo.  Aún no mejoramos la inteligencia del Estado, carcomida por muchos años por los intereses de bandas criminales y paramilitares. Por grupos de poder desde la izquierda (tal vez ello explique el enfrentamiento probatorio de falsos testigos entre Uribe e Iván Cepeda) El colmo es que reflejemos nuestras debilidades probatorias ante la comunidad internacional, presentando falsas pruebas. Una salida en falso que nos sigue haciendo ver  que como un régimen mafioso.  Señor presidente, el debate público debe estar  basado en hechos y no en medias verdades o directamente en falsedades. El presidente no puede presentar pruebas ambiguas, poco contundentes o gossips dañinos. Esto más que otro factor, terminará deteriorando la credibilidad de un presidente al que ya casi nadie toma en serio, al que ya nadie quiere siquiera escuchar.