La Nación
Del sombrero suaceño a la biotecnología 1 26 abril, 2024
COLUMNISTAS OPINIÓN

Del sombrero suaceño a la biotecnología

Fermín Beltrán Barragán.

El sombrero, prenda que surge de la necesidad de los hombres de cubrirse del sol o de la lluvia, tiene su origen en la antigüedad. En el transcurso de la historia se han creado muchos tipos de sombreros, siendo el gorro frigio uno de sus grandes emblemas convertido en símbolo de la libertad en la Francia Revolucionaria y el sombrero suaceño, que data de unos 200 años, en un símbolo del arte y de la cultura huilense.

Para hacer un gorro frigio basta con un trozo de lana o de fieltro, para hacer un sombrero suaceño se requieren 5 docenas de palma de Iraca y una gran paciencia de sus tejedoras, que parecen olvidadas en su larga historia y pueden ser borradas por los vientos de cien años de soledad. El sombrero suaceño tiene el reconocimiento, pero no la materia prima suficiente, tiene la denominación de origen, pero escasea el relevo generacional, es como si todos los lentes y noticias se hubieran puesto en el sombrero, pero no en todo el encadenamiento que se requiere para producirlo y conservarlo. Hay desesperanza y preocupación por lo que pueda pasar.

 “Afortunadamente ¡vuelven los jóvenes! Levantan su mirada, de la mano de expertas rigurosas, en un laboratorio de biotecnología en el SENA de Garzón, experimentan todo el proceso de selección de la mejor especie de la palma, para que pueda cultivarse de una manera sostenible.  Los aprendices que integran este semillero de investigadores, de la mano de un directivo convencido de lo que hay que hacer, hacen y lo hacen callados pero decididos, expresan su emoción por los resultados y ven el horizonte levantarse la sonrisa de las tejedoras de todas las edades, que se mezclan con ellos en un abrazo transgeneracional.

Si a estos jóvenes investigadores, los unimos con los productores y los acompañamos con un proyecto de implementación integral de cultivos y de relevo generacional para que la técnica no se pierda, es posible que el sombrero suaceño siga siendo protagonista del desarrollo cultural del Huila y del país y se pueda convertir cada vez más en una oportunidad para las nuevas generaciones. Unir la biotecnología y la ciencia con la artesanía es un imperativo que debe darse, la cuarta revolución industrial es posible si entendemos que el conocimiento hay que gestionarlo al servicio de todos y que la ciencia no es un cuento misterioso de seres de bata blanca, sino una realidad presente en nuestra cotidianidad al alcance de quienes la requieran.