La Nación
COLUMNISTAS

Denuncia sobre el plan de desarrollo

 
El Plan de Desarrollo aprobado por el Congreso de la República deja no pocas dudas sobre algunas de las políticas que serán seguidas por el gobierno de Santos. La prensa se ha ocupado de algunas de ellas. Igualmente algunos congresistas vienen formulando reparaciones y denuncias que, de ser ciertas, indicarían que los intereses políticos y económicos de los poderosos son los que imponen las decisiones en el legislativo  nacional. Entre los denunciantes está el senador Ernesto Macías del Huila, legislador que, sin importarme su ubicación política, debo decir ha tenido el carácter de contar, cómo a dicho plan se le introdujeron a última hora normas inconvenientes para los colombianos que hasta ahora ninguno de los congresistas huilenses ha desmentido.

Me refiero a lo expresado por este parlamentario en La Nación del pasado 10 de mayo en donde señala, entre otras, que se le introdujeron al Plan de Desarrollo nuevos impuestos a los colombianos, cambios en 49 leyes y reformas al Código de Minas que deja desprotegidos a los páramos y humedales. Sería interesante que se divulgara la naturaleza de esos cambios para tener una idea clara sobre sus alcances en el manejo de este país. En particular, sobre las modificaciones en el Código Minero por cuanto no sería raro que congresistas irresponsables legislen en favor de quienes vienen destruyendo esos lugares de prioridad en la protección ambiental. Tal es el caso de la Ciénaga Grande de Santa Marta que según diversos medios de comunicación está siendo destruida por empresarios aliados de los políticos, sin que las instituciones del Estado intervengan de manera efectiva para protegerla. De igual modo, están los páramos de nuestras cordilleras de donde proviene el 75% del agua de nuestros ríos, uno de los cuales es el de Santurbán en Santander, escenario de confrontaciones entre los intereses de empresas mineras y el Estado. Está, también, el caso de los páramos del Huila, como el de Miraflores en Gigante, los del Macizo Colombiano y todos los demás que existen a lo largo de nuestras dos cordilleras de cuyas cimas y laderas proviene el agua que abastece todas la ciudades y poblaciones del Departamento y, por supuesto, el caudal del río Magdalena.

La denuncia que hace Ernesto Macías sobre el particular, de ser cierta, es muy grave. Y no porque provenga de un senador de la oposición hay que ignorarla.