El gobierno de Gustavo Petro ha radicado esta semana de manera formal la reforma laboral, que según el mandatario de los colombianos, busca proteger y reivindicar los derechos laborales de 22 millones 32 mil ocupados en el país, de los cuales 8 millones 992 mil son mujeres (40,8%) y 13 millones 40 mil hombres (59,2%).
“Este proyecto de ley debe permitir, si se aprueba por el Congreso de la República, donde inicia su trámite, que cese el acoso sexual y laboral en el país; debe permitir que el salario real pueda crecer en Colombia para que se industrialice; debe permitir que la gente sea más feliz en esta sociedad y disfrutar de más tiempo libre. Debe permitir que se pueda organizar el cuerpo de trabajadores y trabajadoras para poder discutir de tú a tú con el mundo empresarial”, fueron las palabras del presidente Petro, durante el acto simbólico de radicación de la reforma.
La iniciativa plantea temas como los recargos dominicales y festivos del 75% al 100%, jornada diurna de 6:00 de la mañana a 6:00 de la tarde y recuperar la nocturna de 6:00 de la tarde a 6:00 de la mañana. Así mismo, prioriza el contrato a término indefinido y disminuye la tercerización laboral, para favorecer, según el gobierno, la estabilidad laboral.
El gobierno ha expuesto que esta reforma laboral se construyó desde las mesas tripartitas con participación de las centrales sindicales, los gremios de la producción y el gobierno, y que se recogieron cerca de 3.000 propuestas.
Con la llegada al Congreso de esta reforma, se abre la discusión, que deberá ser muy amplia, sin afanes, y marcada por la altura y la responsabilidad a la hora de poner en la balanza las condiciones de los trabajadores frente a la creación de empleo y la productividad del país. Sería un despropósito alentar más garantías a los trabajadores pero al mismo tiempo desestimulando la creación de empresa y generación de empleo formal.
Los congresistas tienen la palabra.